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viernes, marzo 09, 2007

Democracia, acerca de este modelo de sociedad

A raíz de un mensaje publicado en un Foro de debate escribí este brevísimo ensayo acerca de lo que entiendo por democracia.
Una apostilla histórico semántica
El término democracia procede del griego; demos significa pueblo, pero no en el sentido de grupo étnico (eso sería laos) sino de procedencia social. En su origen los demos eran las aldeas sometidas al control del Palacio (tiempos micénicos) o de la Ciudad fortificada (Asty, en los tiempos arcaicos), cracia proviene de kratos: fuerza, poder, capacidad para controlar a otro... de manera que democracia era el poder coercitivo del Estado en manos del demos; es decir de los habitantes de las aldeas que, reunidas, formaban la ciudad o polis. En la practica este poder recaía en los cabeza de familia de dichas aldeas pero, con el advenimiento del ejército hoplítico, donde cada hombre acudía al combate con su propia panoplia, se extendió a cada ciudadano combatiente. El poder del Estado, en una típica democracia griega (que por supuesto nunca existió de manera pura) pertenecía a los adultos varones que habían nacido en la polis; expresamente se excluían los esclavos y extranjeros (metecos) y tácitamente las mujeres (que una mujer fuese sujeto de derechos políticos era una broma para la comedia, pero por sólo mencionarlo se ve que algunos podían entrever esa posibilidad)
No era democracia, sin embargo, el término más usado por los helenos; preferían denominarla isonomía palabra que expresa la idea de normas iguales para todos los ciudadanos; o politeia lo cual designaba al régimen propio de la polis, es decir el de una comunidad de ciudadanos (los latinos usaban para lo mismo la más transparente denominación República = res publica = cosa de todos) de hecho la democracia aparecía a veces como una forma extrema de la politeia, una desviación más cercana a nuestro concepto de demagogia... esta acepción se mantuvo incluso hasta comienzos del siglo XIX cuando, en ciertos sectores, motejar a alguien de "demócrata" era tan descalificativo como llamar "comunista" a una persona en los años del macartismo estadounidense.
Que entiendo por democracia
La democracia es una aspiración, un ideal de convivencia que como tal jamás podrá ser alcanzado por completo, es un desafío o, para decirlo con Galeano, una Utopía. La Utopía es aquello que no existe, pero podemos vislumbrar hacia adelante, como meta ideal, como idea mística (si se quiere) que se trasunta en nuestro accionar cotidiano. Democracia es algo más que una forma de gobierno, implica unas coordenadas mentales específicas, una actitud de vida y una postura ética; en la democracia existe la igualdad ante la ley, esa isonomía de los griegos, la convicción de que todos los seres humanos tenemos idénticos derechos y similares obligaciones, la tolerancia por el disenso y el debate (un tema nunca resuelto es hasta donde la democracia puede "tolerar" a los que se proponen destruirla), la multiplicidad de voces y de opiniones. Es indiferente si estas opiniones se organizan en un sitema de partidos o no, pero el disenso es constituyente de la idea de democracia. En la democracia hay también, a mi modo de ver, cierta distribución equitativa de la riqueza, la garantía de un umbral mínimo de servicios para los ciudadanos, una disposición propia del cuerpo social a paliar la situación de los menos favorecidos y una conciencia de pertenencia a un mismo colectivo. Una democracia es pública, es abierta, no permite la acumulación de cargos ni la perpetucián en el poder... el fin último al cual toda democracia tiende es la superación del Estado como mecanismo de coerción en orden a constituir un sistema de administración.
El origen y desarrollo de la idea de democracia
Este ideal de democracia tiene diversas raíces: en las comunidades primitivas, como ha demostrado Clastres, existen mecanismos altamente democráticos no sólo para la toma de decisiones sino, y más importante, para impedir la concentración de poder. En las sociedades mesopotámicas hay indicios de asambleas populares y de un alto grado de autonomía en las aldeas, del mismo modo en el subcontinente indio o en la China anterior a los Han... menos indicios se pueden hallar en Egipto, pero hubo momentos en que slo nomos pudieron organizar pequeñas y efímeras democracias urbanas. Sin embargo, la práctica y el concepto de democracia deben su mejor formulación a la experiencia histórica de dos sociedades mediterráneas, a saber: la hebrea, tal como se constituyó en el período de los Jueces y quedó fijada en la utopía antimonárquica de los profetas y la griega nacida de la ruptura del mundo micénico aunada a la colonización griega de la cuenca del Mediterráneo. Ambas tradiciones confluyen, con aportes romanos, en el mundo cristiano y son fecundadas, también, por conceptos análogos surgidos en el Islam. Durante todo el medioevo vemos batallar ambas ideologías; la de la democracia y la de la monarquía con sanción divina. La modernidad marca, en Occidente, el surgimiento de la democracia que llamamos burguesa o liberal que termina por imponerse tras las revoluciones estadounidense y francesa. Es la democracia de los partidos políticos, del parlamentarismo (excepto en América y en cierto modo en Francia donde prima el presidencialismo) y de las formulación de los primeros cuerpos legales sancionando derechos para los ciudadanos. También es la democracia de los poderosos, de los sobornos, de las leyes tramposas y de la gran industria.
Entrado el siglo XX el movimiento obrero reclama su participación en esta democracia restringida. El gran experimento soviético con sus grandezas (muchas) y sus miserias (demasiadas) es parte de este proceso aún no terminado. Las social democracias europeas, las formas más plesbicitarias del peronismo (en los 50) y el chavismo (hoy) en América, la revolución cubana y las de Vietnam y China, los partidos socialistas y nacionalistas en los países musulmanes, la experiencia de los kibbutz en Israel y los numerosos movimientos antiglobalizadores del presente son también respuestas, dismíles pero todas ellas valiosas, a las carencias de la democracia burguesa. Del mismo modo las corrientes ecologistas, defensoras de los derechos de los homosexuales, las mujeres o las minorías aportan, desde una mirada centralmente democrática, a la construcción de mejores modos de democracia para este siglo que se inicia.
Como verán soy muy, dirán demasiado, optimista pero creo que la Historia se va haciendo de a poco y en un avance lento, de espiral a veces, pero siempre avance.

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