Escucho música.
Alterno entre Huey Lewis (si lo recordás estás revelando tu edad) y Mozart; ecléctico el pibe!
Escribo, navego por la Wikipedia (cinco horas ayer editando un artículo), me doy una vuelta por el Caralibro (¡me encantó la traducción!) y disfruto de la vida en este domingo soleado.
Después del almuerzo corrijo las tareas de vacaciones y me dejo llevar por la placidez de estar en mi casa, junto a la mujer que amo, pensando que la vida, la verdadera vida, es esto que me pasa. El momento, el instante en que lo Eterno se funde con lo Transitorio y uno puede sentirse casi un dios...
Y con lo dicho basta!
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2 comentarios:
¡Qué hermosa metáfora, tu identidad!
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