El camino del exilio. El camino largo y solitario, nadie se exilia en compañía; siempre estamos solos en el viaje que nos aleja de lo que más amamos.
Durante veinte años fui feliz sin saberlo. Durante veinte años, dormí, desayuné, trabajé, almorcé, volví a trabajar, merendé, cené e hice el amor inconcientemente; daba todo por supuesto, me fastidiaba reconocer que era feliz. Tenía, ¡oh sí!, momentos de lucidez; momentos inútiles de lucidez.No sabía donde estaba parado y creía que su amor iba a durar por siempre.
Intolerante, acosé sus dudas.
Impío, molesté sus certezas.
Osado, estúpidamente osado, la conduje a sitios prohibidos. Jugué con sus miedos y los míos, le dí regalos que no me había pedido jamás, pero nunca, nunca, fui capaz de entregarle el único regalo qu necesitaba: mi confianza, mi paz, mi mano.
Al principio caminé delante de ella. Orgulloso, marcaba el paso. Seguro, falsamente seguro, señalaba el itinerario. Ella me siguió, mansamente al comienzo, resignada, después. No es que ella no supiera o no quisiera; ella quería, ella anhelaba, ella buscaba.
Hasta que nuestros caminos se bifurcaron.
Y no sé si alguna vez volverán a unirse.
Ahora bebo hasta las heces mi copa, la copa que yo mismo preparé.
Ahora escribo desde el exilio, desde la soledad, desde la tristeza.
Oh, no me compadezcas.
Lo tengo bien merecido.
viernes, enero 19, 2007
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3 comentarios:
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http://groups.msn.com/HistoriaAntiguayMedieval/profile?user=C%C3%ADnikos%E2%9C%93
Siempre las palabras son mas que palabras. ¿Es Exilio? Si lo es, uno se va por echado por las circunstancias, transitoriamente, hasta que las mismas cambien para volver.
¿Es Destierro?. Si lo es, es similar pero con el retorno prohibido.
¿Será muy descabellado pensar que es el principio de un largo viaje a la Tierra Prometida?
No sé quien eres (barrunto algo, pero no me arriesgaré) pero te agradezco tus palabras que, como bien dices, son mucho más que palabras.
Quiero pensar en un Exilio, pero es cierto que el país al que uno regresa ya no es el mismo, como no es el mismo aquel que partió...
Es Destierro, quizás debería decir, como el viejo romance:
Que me place
dijo El Cid,
que me place
de buen grado
por ser la primera cosa
que mandas en tu reinado
Por un año me destierras
yo me destierro por cuatro.
Rodrigo Díaz de Vivar se animó a subir la apuesta, tenía confianza en sí, en su espada y hasta en el Rey que lo había desterrado.
Nuestro Señor, para decirlo como en el Medioevo, ¡bien sabe cuánto necesito esa confianza!
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