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domingo, diciembre 29, 2013

Molto gustoso

Abro la ventana de la que será, por una semana, nuestra habitación. A lo lejos las estribaciones más bajas de los Alpes. Estoy en la tierra de los antiguos vénetos, sobre una colina cuyo nombre evoca lo que fue en el siglo XIII; Castello.

Viajar es algo más que recorrer paisajes. Es compartir un lugar con otros; conocer la tierra y descubrir sus gentes. Es vivir en la privilegiada paradoja de estar ahí sin ser de ahí.
Contemplo con ojos asombrados, de niño, casi, este "paese" a tanta distancia del mío. Me siento a la mesa con parientes de mi esposa, intento hablar con ellos, intentan hacerse entender... anabilidad y distancia, costumbres tan parecidas y diferentes a la vez.
Tomo un café en el único bar del pueblo, un parroquiano habla de la gran cantidad de inmigrantes y recuerda a los colonos italianos de la Cirenaica... ecos del desaparecido Impero Italiano.
Volvemos (torniamo) a casa para cenar; no en vano una de las frases que más estoy usando en estos días es: molto gustoso...

miércoles, diciembre 25, 2013

Ahora sí será bitácora...

La Enterprise se acerca a un planeta desconocido, en off se escucha la voz del capitán:
"Bitácora de vuelo, fecha espacial..."
67450.1, diría, si fuera hoy.
Estas palabras marcaron mi infancia suburbana, viaje a las estrellas desde mi patio trasero...


Cuando comencé este blog el nombre vino casi sin pensarlo; bitácora de vuelo. Vuelo por mis fantasías, mis obsesiones, mis deseos. El mundo visto desde el puente de una nave estelar que se interna "... donde nadie ha llegado antes".

Pasado mañana el vuelo será real. La bitácora recogerá las impresiones de un viaje verdadero.

Un destino que a veces pareció inalcanzable. Un viaje que no creí poder realizar. Pasado mañana, a esta hora, estaré cruzando el Atlántico y el Ecuador rumbo a la más occidental de las penínsulas de Asia, a la Tierra Media, a las comarcas que recorrieron los padres de mis padres. Europa es mi destino.

Nuestro destino.


Desde siete años a esta parte mis sueños tienen  la maravillosa cualidad de cumplirse. De la mano de la mujer que amo recorreré esas tierras que hasta ahora sólo visité en mis lecturas.

Europa. Mucho más que un destino turístico o unas vacaciones diferentes.

Es el regreso, el retorno a la casa de mis antepasados. De mis maestros. De la lengua que hablo, las mitologías que explicaron mi mundo. De las ideas que me hacen ser lo que soy.

Mientras preparo, y peso con cuidado, las valijas, envuelvo los regalos y compruebo que los papeles estén en orden imagino esas calles que, en en el fondo, se me antojan irreales. Repaso los itinerarios por ciudades cuya historia, céltica, romana, medieval, moderna, conozco porque es parte de la mía propia. Ensayo palabras en lenguas que sólo recuerdan mis genes. Miro, con los ojos de los libros, los paisajes de montañas que acunaron el sueño de mis bisabuelos. Espero el encuentro con la familia de mi compañera y me demoro en anticipar cenas junto al hogar mientras la nieve, que desconozco, cae mansamente sobre calles apenas iluminadas.

Soy argentino, sudamericano orgulloso de su tierra, pero soy, también y sin contradicción, europeo en el exilio. Por eso este viaje es volver  casa.

Y espero compartirlo con ustedes.