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jueves, marzo 27, 2008

2.012; el año en que...




Como todos los demás, el año 2.012 estará colmado de eventos.
Unos serán trascendentes, otros triviales, todos envueltos en el misterio del devenir; velo que nadie puede descorrer.

Los humanos seríamos dioses... si tuviésemos presciencia.

Además de pronosticar que será bisiesto, que en julio (casi con seguridad) se inaugurarán los Juegos Olímpicos en Londres y que, en Australia y si no hay nubes, verán un magnífico eclipse total de sol (23:53 UTC por si andan por esos pagos) no es mucho más lo que podemos decir sobre el año 2.012.

¿O sí?


Cuando tenía unos quince años leí un libro (David Adamson, El mundo maya) en una colección con el engañoso título de Lo inexplicable (lo de engañoso es porque, de hecho, el libro no era sino una reseña de la arqueología maya) donde figuraba esta frase que, desde entonces, quedó grabada en mi memoria (que pareciera no tener nada mejor que recordar):

".. y que terminará, si los sacerdotes mayas aciertan, con el fin del mundo el 23 de diciembre de 2013" .


Fascinante, me dije, enarcando las cejas como Spock, ¡qué buen tema para una novela!.


En esos tiempos yo creía en varias cosas;

Dios,
los extraterrestres,
la Atlántida y
la Tercera Posición Peronista...

de manera que nada me costaba agregar a esas creencias la de una fecha fija para el Fin de la Historia, frase que aún no era tan popular como en los noventa.

Pasó el tiempo.

Releí muchas veces el libro de Adamson y su explicación del calendario maya, que no entendí, y me dediqué a sistemáticas visitas a la Biblioteca Argentina donde encontré la obra clásica de Eric Thompson y su propia explicación del mismo calendario, que ahora sí pude comprender y me proporcionó la extraña satisfacción de poder descifrar la fecha de una Estela de Chichén Itzá... Sí, de ese tipo fueron mis placeres adolescentes...


28 de julio de 878, la primera fecha maya que pude leer


Nunca escribí la novela, que quizás hubiera sido mi imposible best seller, y por supuesto dejé de creer en profecías sobre el fin del mundo.


Ahora, a cuatro años de la fecha fatídica (Adamson, o mi memoria, se equivocó en un dígito) vuelven a aparecer las asociaciones esotéricas del año 2012.

Se nos dice que ese será el momento de un gran despertar de la Humanidad; nuestro ADN, mutado, tendrá tres hélices (sea lo que sea que esto signifique), habrá extrañas alineaciones en los cielos y la civilización, tal como la conocemos, cambiará totalmente.

Algunos agregan componentes aún más místicos; el retorno de Quetzalcoatl, el de Jesucristo, el surgimiento de la noósfera que postulaba Teilhard de Chardin o la llegada del misterioso planeta Hercóbulus.

Hace pocas semanas The History Channel (prefiero llamarlo The Story Channel) presentó un documental sobre este tema y mencionó como sus fuentes las profecías de Merlín, las siempre cómodas Centurias de Nostradamus, un programa de rastreo en Internet (todo un hallazgo mediático) y el consabido calendario maya.

¿Que podemos pensar de todo esto?
¿Realmente los mayas predijeron "el fin de los tiempos" para el año 2.012?
¿Ha sido confirmada esta fecha por otras visiones?

Pueden encontrar literalmente miles de sitios web donde estos interrogantes tengan una cómoda y afirmativa respuesta. Éste, claro, no es uno de esos.

Una interpretación de los ciclos calendáricos, hermoso diseño, pero vacío de contenido...


Tengo el berretín de explicar las cosas, un complejo de "maestro ciruela" o de "ver siempre el lado negativo" como dice mi madre cuando critico su asociación a una más que dudosa "cooperativa", pero no intento convertir a nadie.

Si estás cómodo/a creyendo en este tipo de "profecías" pues que lo disfrutes, no soy quien para quitarte tus ilusiones; ahora si llegaste hasta aquí y quisieras acceder a una visión alternativa a aquellas que afirman, sin examinar, la verdad de tantas alegaciones, pues bien, te invito a seguir adelante.

El Quinto Sol, inspirado en la cosmología mesoamericana

Los mayas eran unos tipos geniales.
Crearon una civilización portentosa en uno de los entornos naturales más difíciles del mundo.
Contra lo que suele creerse no desaparecieron en el marasmo de la invasión europea, sus clases dominantes fueron diezmadas y mucho de su cultura resultó destruida, pero el pueblo maya (unas seis millones de personas en México, Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador) continúa resistiendo en sus tierras ancestrales.

Mucho se ha escrito sobre ellos.

Sobre su concepción del tiempo y sus conocimientos de astronomía.

Sobre su poética, aunque a veces oscura, visión del mundo y sus supuestos vínculos con extraterrestres.

Fueron (son aún) grandes y lograron avances en el estudio de los cielos que resultan asombrosos, mucho más cuando se piensa en los rudimentarios (para nosotros, que somos esclavos de la alta tecnología) instrumentos que poseyeron.


Calcularon la duración del año con una precisión mayor a la europea de su tiempo, así como anticiparon eclipses, conocieron quizás la precesión de los equinoccios y, ciertamente, determinaron el movimiento aparente de Venus.


Asombroso, sin embargo, no significa maravilloso o mágico.
Uno de los más antiguos testimonios de un calendario mesoamericano, hallado en Monte Albán (México) y datable hacia el 500 antes de Cristo.

Largos siglos de pacientes observaciones, una mente entrenada en percibir regularidades matemáticas, la creencia de que todo cuanto sucedía a lo largo del tiempo volvería a repetirse cuando se reiterasen las combinaciones celestes bastan para entender el misterio sin profanarlo con los vulgares reclamos de extraterrestres o los burdos remedos de la New Age.


Sí, eran geniales y sí, eran indígenas americanos.

El calendario maya ha sido comparado con una rueda de engranajes. Metáfora ajena a la concepción mesoamericana que veían al tiempo como la carga de un destino cíclico.

Su explicación, un tanto larga, es cierto, se hace necesaria para entender qué es lo que significa esta supuesta "profecía" del año 2.012...

Una info más completa en El calendario maya



Los Mayas y otros pueblos de Mesoamérica usaron tres sistemas de calendario diferentes, a saber: el tzolkin (calendario sagrado), el haab (calendario civil) y el sistema de la Cuenta Larga.

El tzolkin es un ciclo de 260 días, dividido en trece meses de veinte días cada uno

El haab, más parecido a nuestro año, tiene 365 días, con 18 meses de 20 días cada uno, y 5 días más (los últimos del año, "Uayeb", considerados nefastos)


El tzolkin y el haab se combinan en un ciclo de 18.980 días para volver a encontrar la misma fecha en ambos calendarios. Lo que equivale a 52 años solares, poco más o menos.

Este número se obtiene buscando el múltiplo común menor, ¿viste que servía para algo? entre 260 y 365. En efecto, 260 = 4*5*13 y 365 = 5*73, m.c.m. = 4*5*13*73 = 18.980.



El calendario de 52 años, usado por todos los mesoameriacanos, incluso los mexicas, era válido para registrar períodos de tiempo breves, pero resultaba obviamente vago para ubicar una fecha concreta en un lapso de varios siglos.

Aquí es donde entra el tercer sistema; la Cuenta Larga.


Con ella los mayas eran capaces de individualizar un día concreto en un período de más de un millón de días (de hecho 1.872.000) días lo que son casi unos cinco mil y pico de años solares (aproximadamente 5.125).

Esencialmente la cuenta larga es un sistema de unidades de tiempo análogo a nuestros lustros, décadas, siglos y milenios, pero, a diferencia de estas agrupaciones decimales, los mayas usaron un criterio vigesimal.

Símbolos de los numerales básicos en el sistema mesoamericano.

El sistema vigesimal se basa también en la posición, pero contando de veinte en veinte.

Por ejemplo para representar el número 4653 en vigesimal escribiríamos las siguientes cifras:

11 – 12 – 13 (lo que equivale a 11*20*20 + 12*20 +13*1, no más complicado que nuestro 4 *10*10*10 + 6*10*10 + 5*10 + 3*1 para el mismo número)

Para marcar los días, empero, los Ah Kin (sacerdotes) mayas emplearon un sistema un poco más rebuscado:

El primer lugar seguía valiendo 1 y el segundo continuaba en 20 pero el tercero se calculaba en 20*18 (360 en lugar de 400) en relación al número de meses y días del haab.

Las fechas mayores se resienten de este sistema, perfectamente lógico en su relación con el tiempo y que prueba que los mayas procedieron en esta investigación por sucesivas aproximaciones, no por mensajes extraterrestres o intuiciones místicas.

Como dije antes los períodos de tiempo maya son análogos a nuestros propios lapsos, del mismo modo que hablamos de meses, años, décadas o siglos, los mayas hablaban de Kin (día), Uninal (veinte días), Tun (20*18 días, es decir 360 días), Katún (7.200 días) y Baktún (144. 000 días).

Una fecha de la cuenta larga maya es, pues, un número vigesimal alterado compuesto de cinco lugares.

La fecha

7 (baktún)

16 (katún)

3 (tun)

2 (uinal)

13 (kin)

O, como se escribe en los textos académicos 7.16.3.2.13, puede traducirse como 7*20*20*18*20 + 16*20*18*20 + 3*18*20 + 2*20 + 13*1 o sea = 7*144.000 + 16*7.200 + 3*360 + 2*20 + 13= 1.124.320 días en nuestro sistema decimal

Ahora bien, estos días (cada uno de los cuales tiene su propio nombre como se verá) expresan el tiempo transcurrido desde un punto de partida convencional, del mismo modo que el año 2.008 indica que han transcurrido dos mil ocho años desde la fecha supuesta del nacimiento de Cristo.

La pregunta, entonces, es:

¿Qué día se usó como punto de partida del calendario maya?

Este problema presenta dos aspectos. Por un lado saber en términos mayas cuando comenzaba la cuenta larga y, por el otro, correlacionar esa fecha con nuestro propio sistema calendárico.

En lo que respecta al primer punto, el testimonio de las inscripciones señala que la fecha 0.0.0.0.0 equivale al final de un período anterior numerado también como 13.0.0.0.0, es decir un ciclo de 13 baktunes o sea 1.872.000 días, lo que vale, como ya se dijo, unos 5.125,37 años solares.

En cuanto a la correlación, actualmente se acepta como válida la deducida por Goodman, Martínez y Thompson (conocida como GMT) que considera al 0.0.0.0.0 como equivalente al 11 de agosto de 3114 a. C. (calendario gregoriano, en el juliano sería 6 de septiembre.

Cuando se coteja esta equivalencia con los datos arqueológicos se puede observar que las fechas dadas por ella se ajustan a la realidad.



De acuerdo con la correlación GMT, la fecha del ejemplo 7.16.3.2.13 (que de hecho es la de la estela 2 de Chiapa de Corzo, México, el fechado de Cuenta Larga más antiguo encontrado hasta hoy) corresponde a 1.124.320 días desde el 11 de agosto de 3114 a.C., es decir al 10 de diciembre de 36 a. C. y el día de hoy, 11 de junio de 2008, se puede expresar como 12.19.15.7.6.

Es de destacar que la estela mencionada no está escrita en maya, sino en olmeca, lo que obliga a considerar a la Cuenta Larga como un invento mesoamericano antes que exclusivamente maya.

En el sistema de la Cuenta Larga hay, por supuesto, una última cifra posible, a saber: 12.19.19.17.19, después de la cual sólo cabe reiniciar el ciclo con 13.0.0.0.0, es decir, un nuevo 0.0.0.0.0. Esto es así porque, si bien se desconoce si la unidad superior al baktún (que existe y se llama pictún) empieza a los 14 o a los 20 baktunes, el período anterior comenzó en un 13.0.0.0.0, lo que lleva a concluir que esta es la última unidad admisible para los baktunes.



Como sea, el ciclo iniciado en el 11 de agosto de 3114 a.C. culmina en el 21 de diciembre de 2.012 d.C. (12.19.19.17.19) cuando, por fin, se repite una misma fecha en la Cuenta Larga.

Nada hay, en los textos mesoamericanos que han llegado hasta nosotros (pocos, ¡ay!, a causa de la invasión española, pero que sobrevivieron gracias a que algunos de los invasores los preservaron) que relacione el fin de la Cuenta Larga con alguna convulsión cósmica. Nada excepto el Códice de Quetzalcoatl, supuesto manuscrito o epigrama antiguo que expresa claramente: “llega la estrella y la luz de Quetzalcóatl en los tiempos de: 0 baktun, 0 katun, 0 tun, 0 uinal y 0 kim”, claro que el texto original está oculto, por el momento y sólo ha sido accesible a unos pocos iniciados….

El texto copiado del Códice de Quetzalcoátl

Es cierto, claro, que el pensamiento mesoamericano tiene una especial fascinación por los ciclos y que elaboraron una “doctrina” de los Cinco Soles, períodos indefinidos de tiempo, cada uno de los cuales termina de manera catastrófica, pero no existe ninguna evidencia que pueda ligar ambas ideas. Aún si la hubiera, la pretensión de que un determinado ciclo matemático de tiempo preanuncie la destrucción del mundo, carece de toda verosimilitud y es tan atendible como la creencia mexica de que al final de alguno de los ciclos cortos (los de 52 años) el mundo estaba condenado a la extinción.

El año 2.012, pues, marcará el final de la Cuenta Larga mesoamericana y el comienzo de un nuevo ciclo en ese sistema de cómputo temporal, señalado por la repetición de una misma fecha en los tres calendarios por primera vez en cinco mil años.

Y nada más.

Versión mini, para mi estimado Assur y otras personas con poco tiempo que perder:

Algunos dicen que los mayas predijeron el fin del mundo para el año 2.012.

En realidad en esa fecha termina un ciclo de su calendario y nada más.

Éste se compone de tres subsistemas que no coinciden sino una vez en cinco mil años, evento que tendrá lugar el 21 de diciembre de 2.012.

Creer que ese día, poco más o menos, se acaba el mundo se parece a la creencia de que todo acabaría en el año 2.000.

viernes, marzo 21, 2008

Esbozo sobre los ángeles





He aquí una posible entrada de diccionario para la voz: ángel.

Ángel: masculino, singular; del griego aggelos (aquí irían los caracteres griegos que nadie lee pero quedan muy bonitos) que significa “mensajero”. Se dice de seres preferentemente varones, blancos, de cabellos rubios y ojos azules, altura superior a la media y, en ocasiones, alas en las espaldas. Forman parte del ejército y de la burocracia celestiales, cumpliendo tareas diversas en una estricta jerarquía.

Las funciones de los ángeles van desde la simple entrega y recepción de mensajes, algo así como una secretaría de correos combinada con un servicio diplomático, hasta formas un poco más coercitivas de manifestar la voluntad divina como diluvios, catástrofes y pestilencias varias. También prestan servicio como soldados, policías, guardianes, espías y saboteadores en el ejército celestial (conocido como Tsebaoth), en tanto que un cuerpo más selecto colabora con Dios en las tareas de gobierno universal sin que falten los que, de naturaleza más cortesana, cumplen la imprescindible tarea de adular al soberano celestial.

Se ignora si los ángeles han sido elegidos en virtud de sus capacidades para estas funciones o si pueden optar libremente aplicando pruebas de selección de personal. Sin embargo, considerando el régimen político del Reino de los Cielos (monarquía despótica y paternalista) resulta indiferente cual sea el modo, pues en el primer caso es el propio Dios, en última instancia, quien decide la ocupación del ángel y, dado el segundo, es obvio que la elección personal debe coincidir con la preferencia divina, pues ya se sabe como reacciona el Creador cuando alguien elige contrariando sus deseos.

Todos los ángeles, por lo que se sabe, se originaron en los primeros tiempos de la Creación y no hay testimonios de nuevas generaciones; no obstante la presencia de numerosos niños alados, conocidos como angelotes, (putti, en italiano) ha dado pie a dos teorías; o bien estos angelotes son infantes permanentes o bien se trata de ángeles en crecimiento que, con el transcurrir de los eones, se volverán adultos listos para cumplir servicio en la siempre creciente estructura de gobierno celestial.

Angelotes o Putti en una pintura de Andrea Mantegna

Los teólogos no se han puesto de acuerdo, tampoco, acerca de la importante cuestión de si los ángeles fueron o no anteriores al Big Bang, como así tampoco sobre la vieja pregunta: ¿de qué están hechos?

Los musulmanes sostienen que son seres de fuego, y por eso sus ángeles son más ardientes que los cristianos, y éstos últimos nos dicen que son seres espirituales. Dado que espíritu (en griego pneuma, ¡otra vez los caracteres bonitos!) significa soplo, viento, aliento y un largo etcétera dentro del mismo campo semántico, podemos concluir que los ángeles, al menos los cristianos, son puro aire con forma humana.

Los judíos comentan que están formados tanto por fuego como por luz y vientos ardientes mientras que los mormones…, bueno ¡los mormones dicen cada cosa!

La propaganda sostiene que Dios creó a estos seres por una cuestión de puro y desinteresado amor; pues Él se basta a sí mismo hasta para quererse. Se dice, pues, que de tan generoso como es llamó a la existencia a otros entes para que tuvieran el honor ¡más aún el placer!, de servirlo. Se nos disculpará por violar la neutralidad esperable en un diccionario, pero es evidente que se trata de una grosera manipulación de los hechos; el Creador ha formado a los ángeles para servirle como esclavos sumisos a los que impone una férrea disciplina que sólo en una ocasión fue transgredida (véase más abajo).

No hay un censo fiable de los ángeles, se sabe que a Dios no le gustan las estadísticas, pero según las fuentes deben sumar varios millones, sino más.

En efecto, se menciona que hay ángeles para cada ser humano, además de para los pueblos y naciones, asignados como guardianes (¿vigilante, escolta o protector?) aunque se ignora si éstos son intransferibles o si pueden ser reasignados una vez que su protegido (o prisionero) muere; pero también se ha dicho que son numerosos como las estrellas del cielo, ahora bien, según la BBC científicos australianos han contabilizado unos 70.000.000.000.000.000.000.000 (es decir setenta mil trillones) de estrellas en el Universo, por lo cual podemos suponer que su número es muy elevado, aún considerando que una tercera parte de ellos han sido expulsados del Cielo.

Por testimonio directo de Dios, en su versión cristiana del Hijo, es generalmente dado como cierto que los ángeles “no se casan, ni se dan en matrimonio” (véase Lucas 20, 35 -36 y paralelos) lo que unido a su apariencia delicada y sus modales algo demasiado refinados han llevado a suponerles asexuados o, en el colmo de la irreverencia, homosexuales (error que la gente de Sodoma pagó demasiado caro), pero nada es menos seguro. Lo que el Nazareno dijo aludía específicamente a la institución matrimonial, y más bien parece significar que en el Reino Celestial reina una cierta promiscuidad y se fomenta el amor libre, postura que también sostienen los musulmanes con gran éxito entre los miembros de Al Qaeda. En contra de esta visión pacata de los ángeles, tenemos textos que nos aseveran su predilección por las mujeres humanas y recuerdan que, en los primeros tiempos de la Humanidad, hubo frecuentes casos de relaciones sexuales entre ellos y las “hijas de los hombres”; uniones de las cuales fueron fruto los nefilim (véase artículo correspondiente). Parece cierto, pues, que los ángeles, en general no son eunucos aunque nada impide suponer que alguno de ellos haya hecho esta opción de vida.

Un ángel y una "hija de los Hombres"

Es también evidente que existen ángeles de sexo femenino pero se carece de fuentes confiables que lo afirmen plenamente. En casi todas las lenguas, a excepción del turco, ángel es de género masculino (en turco es femenino, pero se considera epiceno por cuestiones religiosas) y cuando se los describe se lo hace en términos varoniles. Existen, empero, entre los ángeles rebeldes algunos que parecen ser de género femenino (nos referimos a Lilith y a los súcubos; Lilim en hebreo) lo que nos autoriza a pensar en que sí existen ángeles que sean hembras. Sobre su ausencia en el ámbito del Reino celestial sólo se puede especular, o que ellas tienen poca importancia en esa sociedad patriarcal o bien que todas los ángeles femeninos se unieron a la causa de los rebeldes. Lamentablemente no es posible abundar más en esta importante cuestión ya que los teólogos bizantinos que la debatían fueron interrumpidos en sus discusiones por la molesta invasión de los turcos.

Lilith en una pintura del inglés Collier.

Ya se ha mencionado que los ángeles se organizan de manera jerárquica, pero lo cierto es que las fuentes disponibles sobre este asunto eran escasas y confusas. Afortunadamente en algún momento del siglo Vto , un escritor que se hizo pasar por el célebre Dionisio el Areopagita (discípulo de San Pablo que terminó sus días en París con el nombre de Saint Denis) reunió todo el material disponible y puso orden en el mismo con su libro: “Peri tēs ouranias ierarjías” (¡me encantan los caracteres éstos!), es decir: “Sobre la Jerarquía Celestial”, del cual extraemos los datos que siguen.


Precisa cartografía del Infierno, el Mundo y el Cielo según los informes de Dante Alighieri.

Existen nueve grupos de ángeles, llamados Coros, agrupados a su vez en tres esferas numeradas desde la Primera, ubicada junto al Trono divino, hasta la Tercera, más ligada al mundo sublunar. Nuestra exposición comenzará desde los rangos inferiores hasta los superiores con una breve descripción de cada grupo.

La Tercera Esfera comprende los Coros de los Ángeles, los Arcángeles y los Principados (en adelante, cansados de los caracteres griegos, omitimos su colocación). Se trata del rango más bajo en la Jerarquía, los proletarios del mundo celestial. Los ángeles, que dan su nombre a toda la especie, son los pibes de los mandados y pasan mucho tiempo junto a los seres humanos por lo cual han tomado muchas de sus costumbres mundanas. De entre ellos se recluta a los ángeles guardianes y, según los teólogos del cine, muchas veces se enamoran de mujeres humanas y deciden morar junto a ellas como simples mortales. Quizás por ese motivo en las altas esferas se los considera poco confiables y sufren el sistemático desprecio de sus compatriotas más encumbrados lo que, por supuesto, refuerza sus tendencias indolentes.

Los Arcángeles son los mandos medios del Reino. Forman, por así decir, la suboficialidad y su mentalidad es muy parecida a la de sus colegas humanos; despóticos con los subordinados, siempre saben la manera correcta de hacer las cosas y, cuando quieren dar el ejemplo, trabajan como el que más… por algunos breves minutos; luego entregan la herramienta, o lo que sea, al subalterno y le dicen que haga lo mismo que él durante las restantes doce horas. Ante los superiores son serviciales (no se puede decir servil en un diccionario) y acogen todas y cada una de sus sugerencias con verdadero entusiasmo… lo cual no implica que vayan a cumplirlas. Están muy orgullosos de que los ángeles de mayor rango sean identificados con su propia clase, lo cual colabora para mantener su lealtad.

Por encima de ellos están los Principados, también conocidos como Arcontes, y muy importantes en la tradición gnóstica. Se trata de los intelectuales orgánicos del Reino de los Cielos, en su versión más popular. Desarrollan de manera clara, incuestionable y banal todas las disposiciones y argumentos procedentes de las esferas superiores. Escritores natos son, por eso mismo, poco confiables y muchos de ellos participaron de la revuelta conducida por Satán.

La Segunda Esfera está compuesta por las Potestades, Virtudes y Dominaciones. Estos coros se ocupan de trabajar con los grandes fenómenos naturales, los grupos humanos (eventualmente extrahumanos también) y las diversas artes y ciencias. Están ampliamente formados y se dividen en multitud de oficinas cada una de las cuales se considera a sí misma, la más importante y a las demás como meras dependencias. Como trabajan con abstracciones saben muy poco de lo que sucede en el mundo sublunar, y cometen groseros errores en las directivas que emiten hacia los niveles inferiores, por lo cual éstos acostumbran a no hacerles el menor caso. Su función es doble, impedir el acceso de los habitantes del mundo inferior hacia arriba, lo cual logran antes por la astucia que por la fuerza (trámites, requisitos, normativas absurdas, entre otras variantes) y, a la vez, aislar a los ángeles de la Primera Esfera de las potencialmente nocivas costumbres de los ángeles de la Tercera.

La Primera Esfera es la élite del Reino, la inteligentsia y la nomenklatura, la crème de la crème y la flor y nata del Cielo; todo en sus exclusivos tres coros de Tronos (u Ofanim), Querubines y Serafines. Se trata de la clase dirigente del Reino y se ha llegado a insinuar que son ellos y no Dios, quien o bien estaría muerto o senil, o quizás aburrido de su Creación, los que realmente dirigen el Universo.

Los Tronos son el coro inferior de este orden, con enormes poderes frente a sus subordinados nadie les pregunta cómo logran sus fines en tanto lo hagan; se dice que son como columnas de berilio lo que es una manera de señalar su capacidad de neutralizar las tendencias al cambio (se sabe que el berilio ralentiza la velocidad de los neutrones y que una aleación berilio cobre no produce chispas) con el añadido, tomado de Ezequiel, de la multiplicidad de ojos que les permiten vigilar cuidadosamente todo cuanto sucede en los niveles inferiores.

Hay alguna confusión, producto a buen seguro de la distancia, acerca de quienes ocupan los dos niveles más altos de la Jerarquía.

Los Serafines (o Querubines para algunos) se dedican sobre todo al protocolo y la alabanza divina; lo que ha hecho sospechar a algunos de que efectivamente son los carceleros de la divinidad y responsables de sus supuestas malas decisiones; cuando Dios se equivoca, piensan, en realidad es que estuvo mal informado por su entorno de Serafines y/o Querubines.

Finalmente los Querubines, reputados entre los humanos como de sobrenatural belleza, son los ángeles más cercanos a Dios mismo, su gabinete privado o concejo de ministros, si bien ciertos autores atribuyen este rol a los Serafines. Son los únicos ángeles conocidos por sus nombres y entre ellos se cuenta a Rafael, vinculado al área de Salud, Gabriel, algo así como un ministro de comunicaciones, vocero oficial y encargado de misiones delicadas y Miguel, considerado de rango real, jefe del estado mayor conjunto en operaciones, casi visir del Reino e identificado, por los Testigos de Jehová, es decir una fuente poco confiable, con el propio Jesús antes de su encarnación. Estos ángeles superiores no hacen otra cosa, cuando no cumplen misiones oficiales, que cantar loas a Dios, quemar incienso delante de su Trono y demostrar, de maneras a veces sólo descriptibles por medio de metáforas, su amor por el Creador.

El Arcángel Miguel en una iconografía del siglo XIX

El Arcángel Gabriel anunciando el nacimiento del Hijo de Dios a María, según Leonardo.

El Arcángel Rafael en un moderno ícono ortodoxo

Si bien los ángeles en general son considerados superiores a los humanos, Dios mismo les ordenó en una ocasión que adorasen a Adán, el primer hombre (al menos en la Tierra) lo cual provocó el enojo de uno de sus principales oficiales; el más importante de los Querubines, también el más inteligente, conocido entonces como Lucifer y luego como Satán. Actitud que lo llevó a la rebelión y posterior derrota, tal como se señala en el artículo correspondiente.

Lucifer caído según la interpretación de Gustave Doré para El Paraíso Perdido de Milton

Hasta aquí el texto posible para un diccionario.

No obstante, podría intentar una versión alternativa que dijese…

Ángel: masculino, singular. Dícese de un supuesto ser espiritual que actúa como mensajero de la divinidad según algunas religiones.

jueves, marzo 20, 2008

No es Fellini, Bergman o Buñel... ¡es mucho más!

Puede que (seguramente) sea el orgullo de padre el que dicta estas líneas.
Puede que (con certeza) necesite un babero ante los primeros pasos de mi hija; Belén, con la cámara.
Puede que (es un hecho) escriba demasiado y no deje lugar a lo importante.

Un video hecho por Belén y colgado en You tube (y sí, las chicas crecen...)

miércoles, marzo 19, 2008

De mi cuaderno de apuntes

Las nueve de la noche.
Miércoles.
Semana Santa.

Por esos azares del calendario, y por la tozudez del papa Víctor, la Semana Santa cae bastante temprano este año. Por esos azares, también, y cierta "mala conciencia" kirchnerista, el lunes 24 de marzo (aniversario del último golpe militar en Argentina) es el "Día de la Memoria" y, lo qué más le importa a al sociedad argentina: feriado, es decir; no laborable.

Es decir que tengo casi una semana (cuatro días de hecho) de vacaciones, casi una semana de estar en casa, casi una semana de tiempo para hacer todo eso que nunca puedo hacer por falta de tiempo.

Y no sólo dormir y perder el tiempo mirando videos de Star Trek en You Tube (es decir boludear).

En estos días quisiera poder dedicarme a mi vicio favorito; escribir.

En estos días debería poder dedicarme a mi insatisfacción favorita; dar forma escrita a ese cúmulo de pensamientos, ideas, locuras, reflexiones, argumentos a medio terminar y tesis apenas esbozadas que hacen bulla (es decir quilombo) en mi cerebro, sin distinguir entre los hemisferios, además.

Mucha de mi escritura se vuelca en un pequeño cuaderno de apuntes que, quienes me conocen personalmente lo han visto, llevo siempre conmigo. Algunos textos son ilegibles, otros impublicables, la mayor parte deleznable. Unos pocos resisten mi severa crítica, o se benefician de alguna amnistía inesperada, y encuentra su camino en el formato digital; menos todavía llegan a este blog.

Vaya pues, como mera enunciación, algunos de los temas que deseo/temo/espero/me propongo tratar en este espacio.
Si, amén de una selecta minoría, algún lector se le da por hacer comentarios bien podría votar por cualquiera de ellos, o sugerir un enfoque particular o, en fin, desafiarme a escribir sobre un tópico completamente diferente.

Por supuesto cuatro días, aún de intenso trabajo, no me permitirán tratar estos cuarenta y tantos temas (aunque estaría bueno intentarlo) pero al menos algunos de ellos pueden encontrar su lugar en estas páginas virtuales.

Elenco de temas sobre los que quiero escribir.

  1. Ángeles: origen histórico, resumen mitológico y jerarquías angélicas. Aquí tendrán su lugar Miguel, Gabriel y Rafael, pero también los menos conocidos como Uriel o Munkar y Fakir. Discutiremos sobre el pseudo Dionisio y su Jerarquía para detenernos en el renacimiento de la mitología angélica a finales del siglo pasado.
  2. Año 2012: la fecha (otros señalan 2013) del supuesto fin del mundo según una supuesta profecía maya basada en una supuesta equivalencia del calendario.
  3. Arca de la Alianza: más allá de Indy y más acá de las teorías sobre su carga eléctrica.
  4. Arca de Noé: un tema siempre de moda, desde las elucubraciones de los primeros judíos de la diáspora y los textos de Moisés de Chorena a las hipótesis que evocan un diluvio en el Cáucaso y la descabellada búsqueda fundamentalista del legendario navío.
  5. Arturo: el rey que fue y que será.
  6. Asesinos: predecesores de Al Qaeda con mucho de propaganda a su alrededor.
  7. Biblia: el libro inmenso, el libro contradictorio, el libro que puebla los sueños de más de la mitad del mundo.
  8. Calendarios: de cómo los humanos contamos el tiempo… y cómo nos complicamos la vida con ello.
  9. Cometas y desastres: ¿Sabías, sí seguro que sí, que desastre quiere decir cometa?
  10. Cristianismo y mitología: una reivindicación del pensamiento mítico y un intento de ir más allá de la manida frase (que sus autores, empero, consideran original): el mito de Cristo es una copia del mito de Mitra.
  11. Cristianismos rivales: usted es cristiano, bueno él también.
  12. Cronología: un apéndice al anterior, pero centrado en la pregunta ¿qué sucedió en el último millón de años, eh?
  13. Diablo: ese personaje tan particular que empezó su carrera como un simple postulado literario y terminó convertido en ¿en qué?
  14. Diluvios: que el de Noé no fue el único. Incluye un relato periodístico en primera persona.
  15. Dios: ese otro personaje de cuentos con completos y reveladores detalles de su vida, su complejo temperamento, su atormentada personalidad y su muerte.
  16. Diosa. La olvidada, pero no menos presente, compañera de Dios. Una de mis particulares obsesiones (compartida con el gran R. R. Graves).
  17. Dioses y astronautas: una de las primeras leyendas de la era espacial.
  18. Grial: la mítica copa (¿o era un plato?) que de mero recipiente se convirtió en símbolo de la búsqueda permanente.
  19. Historia (según Hollywood): ¿Es necesario maltratarla tanto?
  20. Indígenas, indios y aborígenes: cuestiones de etimología y de nombres fugitivos.
  21. Islam y sus sectas: antídoto para cuando escuches hablar del terrorismo islámico y del choque de civilizaciones.
  22. Islam: vaya con el tipo si pretende abarcarlo en una sola entrada de blog.
  23. Ismailíes: son más de quince millones en el mundo ¿oíste hablar de ellos? ¿y del Aga Khan?
  24. Israel antiguo: continuación de la historia proyectada.
  25. Israel, el estado y el mito: un intento honesto de responder con algo más que un sí o un no acríticos a la pregunta: ¿tiene derecho a existir el Estado de Israel?
  26. Jesús histórico: espero que algo más que mi propio rostro en el fondo del vaso.
  27. Jesús, sus tocayos: los otros, los que no fueron condenados a ser dioses.
  28. Khayyam: Omar, el poeta del vino, el escepticismo y la efímera belleza.
  29. Manuscritos del Mar Muerto: inútil intento de poner orden en tanta tontería como se ha escrito sobre ellos.
  30. Ooparts: esos objetos antiguos que no deberían existir y prueban, dicen, las visitas extraterrestres en la prehistoria. La calavera de Lubaantun, que se verá en Indiana Jones IV, es parte de estos “hallazgos”.
  31. Pacal: la verdadera historia de K'inich Janaab' Pakal el rey del estado maya de B'aakal con sede en Lakam Ha (la actual Palenque) y su supuesto origen extraterrestre.
  32. Palestina y palestinos: intento de aproximación histórica y genética.
  33. Poblamiento de América: ¿llegaron todos por Bering?
  34. Polis: esos estados que inventaron los griegos sub micénicos y que constituyen nuestro modelo para el futuro.
  35. Provincias argentinas: apostillas sobre los estados que, ¿unidos?, formaron la república.
  36. Q, el evangelio perdido: que uno también puede ceder a las tentaciones del sensacionalismo.
  37. Quetzalcoatl: el dios ¿barbado? de Mesoamérica.
  38. Rosario: mi ciudad, mi lugar en el mundo, imagen de la mítica Rib de mis sueños.
  39. Sábana Santa: reliquia y fraude a la vez, algunos apuntes sobre la manipulación mediática, y eclesiástica, del famoso lienzo atribuido a Jesús.
  40. Templarios: en la encrucijada de la historia, la hipótesis, la leyenda y el embuste. Con un apunte sobre su presencia en la Patagonia.
  41. Tierra Media: la que creó Tolkien mirando a su alrededor. Lindo tema ahora que ya no está tan de moda.
  42. Tribus pedidas de Israel: mitos, historias, coartadas y delirios anexos.
  43. Troya: la ciudad que no deja de visitar nuestros recuerdos.
  44. Ucronía: la utopía en la historia.
  45. Utopía (s): enclaves varios del sueño (y de la pesadilla).
  46. Viracocha: el dios ¿blanco? de los Incas.

Y aún quedan más…

domingo, marzo 16, 2008

..., de regreso

Como cantaba Juan Carlos allá por los ochenta.

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Now playing: Juan Carlos Baglieto - Mirta, de regreso
via FoxyTunes

Días movidos, éstos, inicio de clases, debates gremiales, ordenamiento de la vida cotidiana, amor, pasión, descanso, nuevos rumbos y nuevas perspectivas.

Mucha lectura.

Relecturas, en realidad.

Una visita al siempre completo Apolodoro, chapoteo en las bocas del Nilo con el inquisitivo Heródoto, embriagantes deleites junto a Omar Khayyam. Nada de textos sacros, poco de los Foros (apenas unas ojeadas), morosas tardes leyendo los interminables power points que me envían Graciela y Miriam, los correos siempre bien recibidos de Laura y Gabriel, a veces una cadena descolgada de Marcela... Nunca nada, por supuesto, de Mariana.

Tardes enteras con Sabrina, dejándome llevar por sus ternuras. Oyendo sus detallados relatos; es una excelente narradora y tiene el don de hacerte revivir las situaciones que refiere. El corolario es, claro, la excesiva duración de tales cuentos, su enhebre uno con otro al mejor estilo Sherezade (al igual que ella, Sabri también se interrumpe avanzada la noche) y la exuberante arborescencia que me obliga a repetir, quizás un poco demasiado ofuscado; "bueno, ¿y...? terminá la historia"

Días completos con mis hijos, descubriendo el mundo con los ojos de Daniel, dialogando casi de igual a igual con Belén y su tremenda dialéctica preadolescente.

Momentos, breves pero no menos importantes con mis padres. Escuchándoles, asintiendo a sus tozudas opiniones, discrepando pocas veces; jugando a ser el hijo compañero (me pregunto si Belu no dirá lo mismo de mí, es moralmente cierto que lo hace) que desean. Buen juego en el que no hay, aunque lo parezca, nada de doblez.

A veces me cruzo con mi hermana.

A veces tengo una mentira parecida al diálogo con Mariana.

Todos los días bromeo, no pocas veces escondiéndome tras de los chistes sosos, con mis compañeros de escuela.

Doy clases, no sólo porque es lo único que sé hacer,Now playing: sino porque, aunque no me lo crean, me gusta mucho y (que no se enteren las autoridades del MEC) ¡amo mi trabajo!

Así pasan los días.

Una tarde me llega un mensaje de texto de Daniel, evoco viejos días con cierta nostalgia que no implica, el deseo del retorno... pero deja una cierta amargura (¡dulce!) en el recuerdo. ¡Carajo que la pasamos bien, digan lo que digan los traficantes de culpas!

Vuelvo a mis libros (¿será cierto, como dice mi doux carolorégienne, que rehuyo la comunicación con los demás?) y paseo de la mano de Marx por el París de Luis Napoleón (sin poder evitar la evocación del General, de Hugo Chávez y de Néstor K), me dejo llevar a las alturas vertiginosas por Nietzsche y me entusiasmo siguiendo a John Reed en las vibrantes (y tan extrañas para nosotros, gente sin fe, ni ideal,) asambleas de la Revolución de Octubre.

Nunca dejo de visitar a M.F. quien, por un no tan módico pago me escucha, me golpea duramente a veces, me hace trepar oteros que desconocía o descender a cavernas que, de buen grado, dejaría de frecuentar...

Y por fin llegan días, como hoy, en que me siento frente a la pantalla, aporreo el teclado, me alejo de todo (aún de la que amo) y me dejo llevar por el placer intenso y penetrante de escribir.

Aún cuando sea para todos y para nadie.

De regreso, pues, en este weblog.