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jueves, enero 25, 2007

Voy a contarte de la Tierra Media

Pero no de sus leyendas y de sus sagas.
Tampoco de sus dinastías y pueblos.
Ni tan siquiera de la Guerra del Anillo.
Voy a contarte como, paseando una vez más con Frodo y los demás, he encontrado un camino.
Hay mucho más por debajo de la obra de Tolkien que cuentos de hadas, hay una sabiduría profunda, una sabiduría práctica, una sabiduría que, hoy, me ayuda a continuar mi camino hacia ... ¿dónde?
A veces uno tiene que dejar lo que ama para salvarlo, es lo que hace Frodo; abandona la Comarca porque no quiere ponerla en peligro, en efecto, el posee el Anillo Único y sabe que el Señor Oscuro revolverá cielo y tierra para encontrarlo. Y parte, deja la Comarca en un voluntario exilio...
Cree que su viaje se reducirá a encontrar un sitio donde esconder el peligroso tesoro, no sabe que se tratará, al final, de destruir el Anillo, aniquilar al Señor Oscuro, restaurar el Reino de Arnor y Gondor y salvar a la Comarca. Y lo logra, a fuerza de perseverancia, de paciencia, sí, pero también de contar con amigos, de escuchar sabios consejos y, en última instancia, hasta de un enemigo. Es Gollum quien, en su codicia, arroja el Anillo al Fuego y completa la Misión.

Sin embargo, Frodo descubre, al regreso y cuando podría sentarse cómodamente en su sala de Bolsón Cerrado a fumar una bien merecida pipa, que él ya no es el mismo, que la Comarca, a la cual regresa, es otra y que si ha salvado algo lo ha hecho para los otros, no para sí. Su vida anterior es un mero recuerdo, debe, una vez más, exiliarse; partir hacia el Reino Bendecido porque el viajero que vuelve es muy otro que el que partió.

Hay tierra bajo los pies del Viejo Maggot, dice Tom Bombadill, y es verdad. También es cierto que hay muchas lecturas posibles de la obra de Tolkien... para mi, aquí y ahora, viajero exiliado de la Comarca, es una guía de viaje.
Releo sus páginas y me reencuentro.
Sigo sus viajes y busco pistas para el mío propio.
Descubro nuevos personajes y tiendo la vista a mi alrededor para ver si encuentro un hobbit, un Elfo, un enano y hasta un viejo y sabio Ent, que quieran caminar conmigo por las landas de Etten, explorar los desiertos parajes de Acebeda, trepar, si la nieve nos deja, el desafiante Caradhras o descender, sin luces, a las profundidades de Khazad dum...
Y, Elen sila lúmenn' omentielmo, creo que es Daisy Cotton quien pasea por allí!

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