Querido amigo o, mejor aún, compañero:
Quería escribirte hace un tiempo, pero las palabras se trababan en mi garganta antes de salir; dolor, bronca, un puño en alto...
Hace una semana, apenas, no te conocía. Hoy te me hacés tan familiar como tantos docentes que pasan sus días a mi lado.
Me hubiese gustado, no obstante, llegar a conocerte en tu vida cotidiana ¡tendríamos tantas cosas para contarnos!; me imagino encontrarte, en un utópico congreso de educadores, quizás, y debatir con vos esos pequeños, o grandes, asuntos que nos preocupan todos los días: el pibe que no pueden entender la división, la chica que dejó al escuela porque quedó embarazada, el papá que nos mira con lágrimas en los ojos porque su nene, raspando, pasó de grado.
Hubiésemos conversado de lo lindo, entonces, lejos de los técnicos de Flacso, lejos de las pretendidas "leyes" de educación que reparten migajas, cerca de los laburantes, cerca del pueblo (vieja palabra, ¿no, amigo?, pero vos y yo sabemos del poder de las palabras) de ese pueblo del cual, con orgullo, somos parte.
O quizás me hubieses contado de tu lucha, y la de tus cumpas (las luchas éstas siempre son colectivas) por vivir un poco mejor en una provincia rica en tantas cosas, pero empobrecida por la acción de los poderosos de siempre, y yo te hubiese comentado de nuestros compañeros y nuestras compañeras, de la dignidad, de la solidaridad, de la pelea cotidiana en una provincia también rica, pero cuyo producto va a parar a las manos de los mismos..., los mismos de siempre, claro.
Y te habría contado de nuestras armas, que son las mismas que las tuyas; el voto, la huelga, la asamblea y, la mejor de todas, la lúcida tozudez de creer que puede haber otra manera de armar este proyecto colectivo que llamamos Nación.
¡Qué lindo hubiese sido, Carlos!
Tus saberes, los de tus pibes, los de tu gente y los de mi gente; hermanados por el mismo sueño de educación, de pan, de libertad...
No pudo ser.
Te arrancaron la vida (no es cierto que "diste tu vida", nadie la da, siempre te la quitan) con la cobardía de aquellos que no sólo ignoran, sino que ingoran ignorar.
Te pusieron una artera zancadilla, no había aprendido, el policía, que no se le hacen estas cosas a un compañero, quizás faltó a clases el día que tuvieron esa lección. Tampoco estuvo el día en que un maestro, como vos, como yo, como nosotros, le enseñó que todos somos astillas del mismo palo; hijos del pueblo él, vos, yo, nosotros. Y no supo decir no a las presiones del poder que lo usó como instrumento.
¡Lástima por él!
¡Lástima que no se le ocurrió, en vez de dispararte, ponerse de tu lado y denunciar a los verdaderos culpables de tanta pobreza y de tanta muerte!
Sin embargo, vos y yo sabemos, Carlos, quienes son los que armaron la mano del policía que te asesinó (y nos asesinó, de paso, un poco a todos y a todas), quienes, desde sus cómodos sillones, temblando de miedo, dieron la orden de reprimir.
Ellos, los que claman por seguridad, los que se disfrazan de legales, los que le dan más valor a un fajo de billetes que a la vida de las personas, los que quieren a los maestros tranquilos y callados, a los chicos con la cabeza gacha y sumisos y a la riqueza que producimos entre todos bien segura en sus cajas de caudales.
No vamos a dar nombres, ¿verdad Carlos?, si con mirarnos a la cara sabemos quienes son. Algunos se dicen gobernadores, otros se saben empresarios, otros, simplemente, son oportunistas que aprovechan cada ocasión para lucirse ante las cámaras... no merecen más que nuestro desprecio; todos ellos.
Hoy estaré, uno más, en la Plaza para mostrar que, zancadillas o no, seguimos de pie, seguimos resistiendo, seguimos, tozudos al fin, peleando por ese país más justo, que era tu sueño, que es el nuestro.
Hoy estaré, junto a miles de compañeras y compañeros y, estoy seguro, que, desde donde sea que te encuentres, también estarás vos.
Buscaré tu rostro, Carlos, en la multitud y, juntos, seguiremos la lucha hasta el día, lejano o cercano, de la justicia.
Con afecto fraterno
Gustavo.
lunes, abril 09, 2007
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3 comentarios:
http://www.prensajudia.com/shop/otraspaginas.asp?pagina=37
Echale una ojeada. A Marry seguro que la encantará
Realmente, anónimo, no sé que relación tiene esta página (que conocía por interesarme el judaísmo) con el contenido de mi blog, específicamente este mensaje, ni tampoco porque motivo mencionas a una participante de un Foro que, evidentemente, compartimos.
Comenta cuanto quieras, pero no mezcles las cosas, por favor
Eliminale. Para eso hay una papelera.
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