Supongo que, cum grano salis, tiene su cuota de razón.
Yo lo modificaría así: "El imperio no ha hecho sino variar de amo, desde César hasta Bush"
Sin remontarnos hasta los macedonios, mucho menos a los asirios, se puede perfectamente sostener que el Imperio Romano nunca cayó, que aún permanece y que su actual "manifestación" no es sino el Imperio (norte) Americano.
Cuando Teodosio, allá por el 395, divide el Imperio Romano entre sus hijos, a los efectos de un mejor gobierno, no pretende crear dos estados (aún cuando así resultase en la práctica) sino uno solo con jurisdicciones diferentes. De resultas de este hecho una de las partes del Imnperio, concretamente la Oriental, pervivirá durante más de un milenio y la otra, la del Oeste, bien que invadida por supuestos "aliados", conservará la nostalgia de la unidad imperial.
En 476 no cae Roma, sino que es depuesto el último emperador occidental y, formalmente, el Imperio vuelve a tener un solo soberano Zenón, residente en Constantinopla. Justiniano, con desastrosas consecuencias, intentará convertir esta realidad jurídica en fáctica pero fracasará por su estrechez de miras.
En el 800, un descendiente de estos reyezuelos germánicos, Carlos, llamado el Magno... es coronado como Emperador de Occidente. En efecto, el imperio que llamamos carolingio no es sino un nuevo avatar del romano, recurre a su tradición, recoge su ideología y se considera continuador de los Césares. Pese a la protesta de los Autocratores de Bizancio, ambas cabezas del doble Imperio continuarán coexistiendo con ocasionales alianzas o breves momentos de tensión.
El Medioevo y el Renacimiento heredan esta idea de que sólo puede haber un Imperio; el Romano, y que tanto Constantinopla, hasta su caída, como el soberano electo por los príncipes germánicos y coronado en Roma (sea cual fuere) son herederos de esa tradición.
Cuando cae la ciudad de Constantino muchos se apresuran a reclamar su prestigiosa sucesión. Lo hace el mismo Mahomet, su conquistador (pero no entusiasma a sus súbditos musulmanes), lo hacen los príncipes de Moscovia (la Tercera Roma) y lo hace, tácitamente, el Emperador germánico.
En el plano jurídico el Imperio cesa de existir recién el 6 de agosto de 1806, pues en esa fecha el último emperador romano; Francisco II, derrotado por Napoleón, renuncia al título y se conforma con ser Francisco I de Austria.
Un poco antes de la renuncia de Francisco; en 1804, el Gran Corso se propone recoger la herencia vacante. No se titula, por supuesto, Emperador de los Romanos, sino de los Franceses, pero se hace coronar por el Papa (bueno, se corona a sí mismo en presencia del atónito Pontífice) y representar con los emblemas de los Césares.
Este Imperio, hijo de una revolución que reivindicaba consientemente la herencia romana (república, cónsules, tribunos y demás), no logra permanecer y es desplazado por una coalición europea liderada por un nuevo imperio naciente; el británico.
Así es, "the largest empire that the world had ever known", como decían sus publicistas, fue el Británico. Un imperio basado en el comercio y el gobierno indirecto, al cual, ya en su época, comparaban con Roma, la ciudad de las siete colinas no dejó nunca de ser una referencia, con mucho de razón.
El Imperio Británico fue, en varios sentidos, el heredero y continuador de la tradición de los Césares; con cambios, por supuesto y en un mundo radicalmente diferente, tras el doble trauma de la Revolución Burguesa y la Revolución Industrial.
Rivales hubo, por supuesto; el Imperio Ruso de los Césares (Zares) concientemente embanderado en la tradición Romana Oriental, el Imperio Prusiano de Bismarck, cuyo soberano llevaba el título de César (Kaiser) y hasta esa broma escolar que fue el Segundo Imperio de Napoleón III, sin embargo sólo el Reino Unido de Gran Bretaña puede ostentar con orgullo el dominio universal en una época en que ser imperialista no era vergonzoso.
Las cosas cambian con el nuevo siglo. Las guerras erosionan el poder de los británicos y, después de 1945, culmina su dominio mundial. Una nueva entidad se prepara para tomar el relevo del poder:
Estados Unidos de América.
Las Trece Colonias, surgidas en el clima ideológico de la Ilustración, recurren de manera deliberada a la tradición romana como manera de legitimar su existencia. De hecho dos tradiciones son las que confluyen en la creación de la primera autoconciencia americana; la del origen sajón, que enfatiza las instituciones libres de los antiguos germanos, su "inconformismo" y su espíritu de empresa, y la del origen grecorromano que hace hincapié en la cultura clásica, la formación humanista y los conceptos de república, respeto por el derecho y ética elevada; ambas coinciden en exaltar el papel del individuo, en el rechazo a la tiranía y en la sobriedad de las costumbres.
A estos valores vuelven los ojos los llamados Padres Fundadores en 1776 y formarán el núcleo del pensamiento americano, de su ideología. Estados Unidos es, así, la tierra donde se realizan los ideales tanto de la libertad anglosajona (anterior al norman yoke) como de la República Romana (en los tiempos previos al imperio). El Capitolio, el Senado, las líneas clásicas de los edificios de la Avenida Pennsilvania, entre tantos ejemplos, son testimonios de este entronque conciente con la tradición de la Roma de Bruto, de Publícola y de Cincinato (Cincinnati, es el nombre de una de las más importantes ciudades de Ohio), América se considera legítima sucesora de Grecia y de Roma.
Sin embargo donde más se nota esta continuidad no es en las instituciones o en la arquitectura, sino en la política expansiva de la naciente república.
Nuevas tradiciones como la del Destino Manifiesto y la de la Frontera se suman a los viejos mitos sajón y romano, operación en la que ambos se articulan de manera tal que justifican la expansión hacia el sur y el oeste como el cumplimiento de una ley universal (por esos mismos años el viejo Hegel acababa de decir que la civilización seguía el curso del sol)... América, que ya había usurpado el nombre de un continente, comenzaba a apoderarse del mundo.
Con grandes zancadas los pioneros y los capitalistas (norte) americanos dominan los territorios que habían sido franceses y españoles, presionan sobre posesiones aún británicas y terminan de arrebatar las tierras a sus primeros habitantes.
Una nueva ideología se forma en las mentes de los ciudadanos de esta sedicente democracia. Ella les dice que son el producto directo de una doble tradición de justicia y libertad, les augura un futuro venturoso y les garantiza que su modo de vivir es el paradigma al cual se dirige la humanidad.
La república deja paso al imperio en los días previos a la primera guerra mundial.
Como lo hiciera Atenas en los tiempos de Pericles, los Estados Unidos intentan combinar un sistema democrático en el interior con una política exterior inspirada en la dominación más cruda. Esto lleva, por supuesto, a una contradicción que no puede resolverse sino con el colapso de uno de los dos términos. La democracia americana, nunca demasiado abierta, adquiere entonces rasgos de caricatura; cuando los poderes económicos deciden presionar el ingreso de los Estados Unidos en la Gran Guerra el pasaje de un gobierno republicano a un estado imperial se consuma en la política interior. Desde entonces serán los lobbys, desde la Segunda Guerra el llamado "compejo militar industrial" el que dirija los destinos de los americanos, igual que en Roma, después de las Guerras Púnicas, habían sido los grandes mercaderes esclavistas junto al ejército quienes imponían los cónsules...
En lo externo la caida de Britannia, marcada por los acuerdos de Bretton Woods, 1944, señala el momento del ascenso al poder del nuevo imperio.
La era de la primera pax americana se caracteriza por la amenaza permanente del poder soviético; la Guerra Fría, y por un avance permanente de los Estados Unidos sobre la soberanía de los demás estados. Aún la caída del sistema de Bretton Woods en los setenta no origina la caída del imperio, sino a lo sumo una retirada táctica. La victoria, cultural e ideológica, sobre el mundo socialista y el establecimiento de una virtual hegemonía mundial desde los años 90 del siglo pasado abren un segundo período para el Imperio, el cual aún estamos viviendo.
Bases militares de los EE UU, guardianes del Imperio
Una interpretación del Imperio Americano, con las fechas de "sumisión" a sus dictados (click para ampliar)
- 500 -200 a.C. : Roma se constituye como republica y se anexiona todos los territorios de Italia.
- 200 - 100 a C: Después de las Guerras Púnicas y Macedónicas Roma controla el Mediterráneo.
- 100 - 50 a C: Roma avanza en el frente occidental dominando los territorios de Hispania y Galia
- 100 a C - 70 d.C.: Apoyando pretendientes desplazados y gobiernos amigos Roma controla los estados surgidos del quiebre del Imperio de Alejandro.
- 1 - 110 dC: Roma dirige su atención hacia las regiones septentrionales logrando, pese a derrotas parciales como Teutoburgo, un importante control militar sobre Britania, Germania, Dacia y Pannonia.
- 100 - 150: Destruido el Imperio Parto, Roma controla los estados de la Alta Mesopotamia y Armenia, incluyue a los bárbaros en sus ejércitos y comienza a crear una comunidad cultural: la Romania, basada en las mismas formas culturales y políticas.
Cronología del Imperio Americano
- 1800-1898: Los Estados Unidos se constituyen como república y se anexionan todos los territorios al oeste de las Trece Colonias originales.
- 1899-1932: Después de la guerra contra España, 1898, se apoderan de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, extendiendo informalmente su control sobre América Central.
- 1945-1953: A continuación de la Segunda Guerra Mundial ocupan Europa Occidental y controlan los gobiernos de la región, así como el Japón.
- 1948-1976: Apoyando golpes militares y dictadores los Estados Unidos controlan las naciones surgidas del quiebre del Imperio Español y Lusitano en América del Sur.
- 1954-1975: Estados Unidos dirige su atención hacia la región de Asia y el Pacífico Sur logrando, pese a derrotas paciales como Vietnam, un importante control militar sobre esta zona.
- 1990-2006: Al día siguiente del colapso de la URSS los Estados Unidos controlan las elecciones, por el fraude de ser necesario, en Europa del Este y expanden la OTAN. En el Cercano y Medio Oriente, apoyando a su peón Israel, el Imperio busca apropiarse de las reservas energéticas e impedir el avance de potencias emergentes como China o, más remotamente, Europa. Hegemonía cultural de los Estados Unidos e intento de imponer su interpretación de la cultura occidental como la única posible.
¿El pasado se proyecta al futuro?
(hacé click aquí para ver una impresionante animación, "cortesía" del Partido Expansionista de los EEUU: http://www.expansionistparty.org/)
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