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miércoles, junio 25, 2008

¿Cuántas personas escribieron la Biblia? Parte dos



Mi amigo Cecilio, creyente él, me ha escrito respecto de este tema diciendo:

Muy interesantes tus interpretaciones aunque hay también otros razonamientos diferentes… entiendo que quieres exponer tiene que ver con la autenticidad de la Biblia, la cual siempre será molesta e inútil para unos y de información provechosa para otros.

Y termina con esta joya ad hominem: La sabiduría queda probada por sus hechos, y el tiempo dirá como se desenvuelven los acontecimientos y dentro de unos cientos de años podamos comentar quien estaba más acertado…

Como dentro de cientos de años no creo ni espero estar vivo, a menos que en las cuatro o cinco décadas que me restan de existencia haya algún descubrimiento médico revolucionario.

Como tampoco, bromas aparte, considero inútiles a las escrituras sagradas de judíos, samaritanos y cristianos de toda laya.

Y como acuerdo plenamente con la frase (bíblica) citada aunque en un sentido algo diferente....




Continúo con mi cuenta acerca de los autores de la Biblia tal como he prometido a la simpática lectora y al atareado lector. O viceversa.

En el orden tradicional de los libros bíblicos, a Rut le sigue una obra histórica en cuatro volúmenes que lleva diferentes nombres según las versiones.

En la mayor parte de las Biblias, empero, se los conoce como Libro Primero y Segundo de Samuel y Libro Primero y Segundo de los Reyes.

En hebreo se los llama Shmuel Alef, Shmuel Bet, Sefer Melajim Alef y Sefer Melajim Bet.

Forman un relato continuo y bastante coherente que enlaza los tiempos de los jueces, en el siglo XI a. C., con la conquista de Jerusalén a manos de los babilonios en el siglo VI a. C.

El Templo de Jerusalén en una visión idealizada del siglo XIX.

Están muy bien escritos para la época y constituyen sin duda una joya de la historiografía que puede figurar, sin desmedro, al lado de Heródoto o Ctesias y hasta de Tucídides, si me apuran.

Por supuesto los autores no pueden evitar las supersticiones de su época y carecen a menudo de juicio crítico, pero igual son bastante fiables y resultan, en general, agradables de leer.

Al margen: Si escribiera esto acerca de los griegos nadie tendría nada que objetar, pero si lo hago de un autor bíblico enseguida me lanzan el anatema...

Este mérito historiográfico, unido a la suerte de haber caído en medio de un libro santo, ha hecho que se los sobrevalore.

La arqueología y la historia del Cercano Oriente nos han hecho conocer los gruesos errores y anacronismos de los libros de Samuel y de los Reyes.

Se nos cuenta que Samuel, hasta su muerte, y luego los profetas Gad y Natán compilaron los libros que llevan el nombre del irritable vidente.

El profeta Samuel, un tipo difícil...

Un apéndice de la invaluable Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras (Biblia oficial de los Testigos de Jehová) nos dice incluso la fecha; 1077 a.C. para Samuel 1 y 1040 a.C. para el segundo libro.... Por suerte los simpáticos muchachos de la Watch Tower nos aclaran que la fecha es “aproximada”.

Debo, claro, discrepar y lo hago aduciendo pruebas que van más allá de las indicaciones del Talmud o los Santos Padres.

Hay muchas fuentes en los libros de Samuel. Algunas, como el libro de Jasher, están citadas en el mismo texto y otras son recogidas por la versión paralela de los Libros de Crónicas.

Un examen del escrito, además, nos permite reconocer diversas manos redactoras (esto es evidente aun sin dominar el hebreo) y la presencia de numerosas tradiciones.

Los estudiosos han discernido las siguientes “fuentes” para el libro:

  1. La historia antimonárquica inspirada por los círculos proféticos (los profetas bíblicos son profundamente antimonárquicos) y datable en los comienzos del reinado de Roboam o, tal vez, un siglo después.
  2. La historia promonárquica, escrita por funcionarios reales quizás en los tiempos de Josías.
  3. La historia de la conquista de Jerusalén, quizás de origen jebusita y ligada a las leyendas cultuales del Monte Sión.
  4. La historia del Arca que sólo subsiste en forma fragmentaria y escrita en el reino del Israel.
  5. La historia de la corte de David, emparentada con el documento J y que algunos, como ya comenté, vinculan a Betsabé.

A estos cinco, como mínimo, autores, debemos añadir un redactor que compiló los textos en los tiempos del Exilio o un poco después, pero ciertamente antes de Alejandro.

Este redactor era parte del partido monólatra, el mismo de Esdras y Nehemías, y acomodó los escritos sobrevivientes para ilustrar las tesis de este grupo: oposición al sincretismo y defensa de la identidad nacional, si es que se puede expresar en estos términos harto modernos.

En cuanto a los Libros de los Reyes, o de los Reinos, los chicos de la tradición acrítica nos piden que creamos que su autor es Jeremías y que se puso a completar este trabajo en algún momento posterior a la caída de Jerusalén, allá por el año 580 a.C. y bajo las palmeras de Egipto.

Lo cierto es que…

¡Es muy probable que así fuese!






  1. Hay tres fuentes para el material del libro, a saber:
    Los Hechos de Salomón.
  2. Las Crónicas de los Reyes de Judá (no confundir con las Crónicas que están en la misma Biblia)
  3. Las Crónicas de los Reyes de Israel.
Mapa de los Reinos de Israel y de Judá en el siglo VIII antes de Cristo.

Un redactor, inspirado en la tradición de reforma del Deuteronomio, compiló estos registros, fuesen reales o legendarios, los completó con sus propios recuerdos y los editó en forma de libro en una fecha que podemos situar con casi certeza, entre 562 y 560 antes de la era común, dada la mención de Amel Marduk (Evil Merodaj) en el texto.


Dada las similitudes de algunos capítulos con la autobiografía de Jeremías, el autor puede ser identificado, con cierto grado de probabilidad, con el fascinante, atormentado y a ratos intolerante profeta Jeremías, quizás con la ayuda de su secretario Baruc.

Jeremías y Baruc

El texto vino a ser la principal obra polémica del partido monólatra y seguramente inspiró la redacción de los otros textos para conformar una historia de Israel y Judá que reflejase y confirmase su peculiar visión de la realidad política actual del pequeño estado templo de Judea y los demás judíos dispersos en el Imperio Persa.

Tenemos, pues, que la cuenta nos queda como sigue:

Para los tradicionalistas la obra de Samuel_Reyes es fruto de cuatro autores, a saber: Samuel, Gad, Natán y Jeremías que escribieron entre el siglo XI y el VI antes de Cristo.

Hasta ahora son, pues, seis escritores de Moisés a Jeremías.

Para los que buscamos evidencias, creyentes o no, hay algunos más.

Seis para la historia de Samuel y cuatro para la de los Reyes, aunque, siendo justos con Jeremías quizás el mérito de los libros de los Reyes sea de él solo (y también sus inconsistencias…)


Nuestro cálculo, nunca tan preciso como el de los fundamentalistas, eleva pues a dieciocho o doce las manos que escribieron la Biblia entre los siglos VII y IV a.C.


¡Y aún nos restan unos cuantos siglos!

viernes, junio 13, 2008

Parásitos mentales

Busca, buscando en la Red… dí con esta información


Parece el título de una de esas películas de clase B que veíamos en Cine de Súper Acción (Sábados a la tarde, Canal Cinco, ¿se acuerdan?).

Unos seres llegan desde el espacio exterior y se alojan en las mentes de los desprevenidos terráqueos. Una vez allí controlan su cerebro forzándolos a hacer su voluntad y a colaborar con ellos en la conquista del mundo. Por suerte siempre había un héroe, nacido al norte del Río Grande y al sur de lago Erie, que nos salvaba de los rojos aliens venidos del más allá.



Sin embargo esta fantasía primaria, este miedo a no controlar nuestro inconsciente, existe en algún sitio más allá de nuestra psiquis.

Ciertas especies de parásitos parecen tener la propiedad de controlar el cerebro de sus huéspedes y hacerlos dóciles instrumentos de sus oscuros fines.

Las esporas del “Codyceps”, un hongo parásito, se introducen en el sistema nervioso de las hormigas induciéndolas a subir hacia la parte más elevada de un tallo de hierba; una vez allí el hongo brota de la cabeza, destrozándola, para iniciar su nueva vida sobre el cadáver de su huésped.



Del mismo modo el “Gammarus Lacustris”, un pequeño crustáceo de agua dulce, se refugia en el fondo del lago al ver que se acerca un pato; siempre y cuando no esté infectado con una larva que sólo puede desarrollarse en el sistema digestivo de las aves. En ese caso el pequeño camarón sube hacia la superficie, estúpido y obnubilado, para ser devorado por el ánade que servirá de huésped al parásito en cuestión.

Más notable resulta el caso del “Sacculina Granífera” que, al infectar a un cangrejo macho, lo convierte (hormona mediante) en una hembra. El cangrejo, devenido “cangreja”, hace un nido en la arena como si fuese a depositar sus huevos pero dejando salir, en realidad, las larvas del parásito.

O el “Gusano Gordiano” que vive dentro de los grillos pero se reproduce en el agua, por lo cual, a su debido tiempo, empuja al animalillo a ahogarse en beneficio de su “pensionista”.

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No se crea que sólo los animales “inferiores” pueden ver afectado su cerebro de este modo.

El Toxoplasma Gondii, un conocido parásito que afecta también al ser humano y es potencialmente dañino para las embarazadas, sólo puede reproducirse en el intestino de los gatos. Una vez lograda la cría; los “Toxoplasmitas” son expulsados junto con las heces del felino y, desde entonces, su existencia se resume en la búsqueda del camino de regreso al intestino de otro gato.

Ahora bien, un equipo de la Universidad de Oxford dirigido por Manuel Berdoy ha descubierto que ratones infectados con el Toxoplasma generan quistes en todo el cuerpo, pero especialmente en el cerebro.

Estos quistes, por lo que parece, generan sustancias que inhiben en el ratón el instintivo miedo a ser cazado por un gato. En efecto, ratones infectados colocados en un ambiente con el olor de su depredador, lo ignoraron por completo, en tanto que los no infectados, reconociéndolo de inmediato, evitaron acercarse al lugar.

Los controladores de mentes, pues, existen… y están entre nosotros.


jueves, junio 12, 2008

2012, el año en que...




Como todos los demás, el año 2.012 estará colmado de eventos.
Unos serán trascendentes, otros triviales, todos envueltos en el misterio del devenir; velo que nadie puede descorrer.

Los humanos seríamos dioses... si tuviésemos presciencia.

Además de pronosticar que será bisiesto, que en julio (casi con seguridad) se inaugurarán los Juegos Olímpicos en Londres y que, en Australia y si no hay nubes, verán un magnífico eclipse total de sol (23:53 UTC por si andan por esos pagos) no es mucho más lo que podemos decir sobre el año 2.012.

¿O sí?


Cuando tenía unos quince años leí un libro (David Adamson, El mundo maya) en una colección con el engañoso título de Lo inexplicable (lo de engañoso es porque, de hecho, el libro no era sino una reseña de la arqueología maya) donde figuraba esta frase que, desde entonces, quedó grabada en mi memoria (que pareciera no tener nada mejor que recordar):

".. y que terminará, si los sacerdotes mayas aciertan, con el fin del mundo el 23 de diciembre de 2013" .


Fascinante, me dije, enarcando las cejas como Spock, ¡qué buen tema para una novela!.


En esos tiempos yo creía en varias cosas;

Dios,
los extraterrestres,
la Atlántida y
la Tercera Posición Peronista...

de manera que nada me costaba agregar a esas creencias la de una fecha fija para el Fin de la Historia, frase que aún no era tan popular como en los noventa.

Pasó el tiempo.

Releí muchas veces el libro de Adamson y su explicación del calendario maya, que no entendí, y me dediqué a sistemáticas visitas a la Biblioteca Argentina donde encontré la obra clásica de Eric Thompson y su propia explicación del mismo calendario, que ahora sí pude comprender y me proporcionó la extraña satisfacción de poder descifrar la fecha de una Estela de Chichén Itzá... Sí, de ese tipo fueron mis placeres adolescentes...


28 de julio de 878, la primera fecha maya que pude leer


Nunca escribí la novela, que quizás hubiera sido mi imposible best seller, y por supuesto dejé de creer en profecías sobre el fin del mundo.


Ahora, a cuatro años de la fecha fatídica (Adamson, o mi memoria, se equivocó en un dígito) vuelven a aparecer las asociaciones esotéricas del año 2012.

Se nos dice que ese será el momento de un gran despertar de la Humanidad; nuestro ADN, mutado, tendrá tres hélices (sea lo que sea que esto signifique), habrá extrañas alineaciones en los cielos y la civilización, tal como la conocemos, cambiará totalmente.

Algunos agregan componentes aún más místicos; el retorno de Quetzalcoatl, el de Jesucristo, el surgimiento de la noósfera que postulaba Teilhard de Chardin o la llegada del misterioso planeta Hercóbulus.

Hace pocas semanas The History Channel (prefiero llamarlo The Story Channel) presentó un documental sobre este tema y mencionó como sus fuentes las profecías de Merlín, las siempre cómodas Centurias de Nostradamus, un programa de rastreo en Internet (todo un hallazgo mediático) y el consabido calendario maya.

¿Que podemos pensar de todo esto?
¿Realmente los mayas predijeron "el fin de los tiempos" para el año 2.012?
¿Ha sido confirmada esta fecha por otras visiones?

Pueden encontrar literalmente miles de sitios web donde estos interrogantes tengan una cómoda y afirmativa respuesta. Éste, claro, no es uno de esos.

Una interpretación de los ciclos calendáricos, hermoso diseño, pero vacío de contenido...


Tengo el berretín de explicar las cosas, un complejo de "maestro ciruela" o de "ver siempre el lado negativo" como dice mi madre cuando critico su asociación a una más que dudosa "cooperativa", pero no intento convertir a nadie.

Si estás cómodo/a creyendo en este tipo de "profecías" pues que lo disfrutes, no soy quien para quitarte tus ilusiones; ahora si llegaste hasta aquí y quisieras acceder a una visión alternativa a aquellas que afirman, sin examinar, la verdad de tantas alegaciones, pues bien, te invito a seguir adelante.

El Quinto Sol, inspirado en la cosmología mesoamericana

Los mayas eran unos tipos geniales.
Crearon una civilización portentosa en uno de los entornos naturales más difíciles del mundo.
Contra lo que suele creerse no desaparecieron en el marasmo de la invasión europea, sus clases dominantes fueron diezmadas y mucho de su cultura resultó destruida, pero el pueblo maya (unas seis millones de personas en México, Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador) continúa resistiendo en sus tierras ancestrales.

Mucho se ha escrito sobre ellos.

Sobre su concepción del tiempo y sus conocimientos de astronomía.

Sobre su poética, aunque a veces oscura, visión del mundo y sus supuestos vínculos con extraterrestres.

Fueron (son aún) grandes y lograron avances en el estudio de los cielos que resultan asombrosos, mucho más cuando se piensa en los rudimentarios (para nosotros, que somos esclavos de la alta tecnología) instrumentos que poseyeron.


Calcularon la duración del año con una precisión mayor a la europea de su tiempo, así como anticiparon eclipses, conocieron quizás la precesión de los equinoccios y, ciertamente, determinaron el movimiento aparente de Venus.


Asombroso, sin embargo, no significa maravilloso o mágico.
Uno de los más antiguos testimonios de un calendario mesoamericano, hallado en Monte Albán (México) y datable hacia el 500 antes de Cristo.

Largos siglos de pacientes observaciones, una mente entrenada en percibir regularidades matemáticas, la creencia de que todo cuanto sucedía a lo largo del tiempo volvería a repetirse cuando se reiterasen las combinaciones celestes bastan para entender el misterio sin profanarlo con los vulgares reclamos de extraterrestres o los burdos remedos de la New Age.


Sí, eran geniales y sí, eran indígenas americanos.

El calendario maya ha sido comparado con una rueda de engranajes. Metáfora ajena a la concepción mesoamericana que veían al tiempo como la carga de un destino cíclico.

Su explicación, un tanto larga, es cierto, se hace necesaria para entender qué es lo que significa esta supuesta "profecía" del año 2.012...

Una info más completa en El calendario maya



Los Mayas y otros pueblos de Mesoamérica usaron tres sistemas de calendario diferentes, a saber: el tzolkin (calendario sagrado), el haab (calendario civil) y el sistema de la Cuenta Larga.

El tzolkin es un ciclo de 260 días, dividido en trece meses de veinte días cada uno

El haab, más parecido a nuestro año, tiene 365 días, con 18 meses de 20 días cada uno, y 5 días más (los últimos del año, "Uayeb", considerados nefastos)


El tzolkin y el haab se combinan en un ciclo de 18.980 días para volver a encontrar la misma fecha en ambos calendarios. Lo que equivale a 52 años solares, poco más o menos.

Este número se obtiene buscando el múltiplo común menor, ¿viste que servía para algo? entre 260 y 365. En efecto, 260 = 4*5*13 y 365 = 5*73, m.c.m. = 4*5*13*73 = 18.980.



El calendario de 52 años, usado por todos los mesoameriacanos, incluso los mexicas, era válido para registrar períodos de tiempo breves, pero resultaba obviamente vago para ubicar una fecha concreta en un lapso de varios siglos.

Aquí es donde entra el tercer sistema; la Cuenta Larga.


Con ella los mayas eran capaces de individualizar un día concreto en un período de más de un millón de días (de hecho 1.872.000) días lo que son casi unos cinco mil y pico de años solares (aproximadamente 5.125).

Esencialmente la cuenta larga es un sistema de unidades de tiempo análogo a nuestros lustros, décadas, siglos y milenios, pero, a diferencia de estas agrupaciones decimales, los mayas usaron un criterio vigesimal.

Símbolos de los numerales básicos en el sistema mesoamericano.

El sistema vigesimal se basa también en la posición, pero contando de veinte en veinte.

Por ejemplo para representar el número 4653 en vigesimal escribiríamos las siguientes cifras:

11 – 12 – 13 (lo que equivale a 11*20*20 + 12*20 +13*1, no más complicado que nuestro 4 *10*10*10 + 6*10*10 + 5*10 + 3*1 para el mismo número)

Para marcar los días, empero, los Ah Kin (sacerdotes) mayas emplearon un sistema un poco más rebuscado:

El primer lugar seguía valiendo 1 y el segundo continuaba en 20 pero el tercero se calculaba en 20*18 (360 en lugar de 400) en relación al número de meses y días del haab.

Las fechas mayores se resienten de este sistema, perfectamente lógico en su relación con el tiempo y que prueba que los mayas procedieron en esta investigación por sucesivas aproximaciones, no por mensajes extraterrestres o intuiciones místicas.

Como dije antes los períodos de tiempo maya son análogos a nuestros propios lapsos, del mismo modo que hablamos de meses, años, décadas o siglos, los mayas hablaban de Kin (día), Uninal (veinte días), Tun (20*18 días, es decir 360 días), Katún (7.200 días) y Baktún (144. 000 días).

Una fecha de la cuenta larga maya es, pues, un número vigesimal alterado compuesto de cinco lugares.

La fecha

7 (baktún)

16 (katún)

3 (tun)

2 (uinal)

13 (kin)

O, como se escribe en los textos académicos 7.16.3.2.13, puede traducirse como 7*20*20*18*20 + 16*20*18*20 + 3*18*20 + 2*20 + 13*1 o sea = 7*144.000 + 16*7.200 + 3*360 + 2*20 + 13= 1.124.320 días en nuestro sistema decimal

Ahora bien, estos días (cada uno de los cuales tiene su propio nombre como se verá) expresan el tiempo transcurrido desde un punto de partida convencional, del mismo modo que el año 2.008 indica que han transcurrido dos mil ocho años desde la fecha supuesta del nacimiento de Cristo.

La pregunta, entonces, es:

¿Qué día se usó como punto de partida del calendario maya?

Este problema presenta dos aspectos. Por un lado saber en términos mayas cuando comenzaba la cuenta larga y, por el otro, correlacionar esa fecha con nuestro propio sistema calendárico.

En lo que respecta al primer punto, el testimonio de las inscripciones señala que la fecha 0.0.0.0.0 equivale al final de un período anterior numerado también como 13.0.0.0.0, es decir un ciclo de 13 baktunes o sea 1.872.000 días, lo que vale, como ya se dijo, unos 5.125,37 años solares.

En cuanto a la correlación, actualmente se acepta como válida la deducida por Goodman, Martínez y Thompson (conocida como GMT) que considera al 0.0.0.0.0 como equivalente al 11 de agosto de 3114 a. C. (calendario gregoriano, en el juliano sería 6 de septiembre.

Cuando se coteja esta equivalencia con los datos arqueológicos se puede observar que las fechas dadas por ella se ajustan a la realidad.



De acuerdo con la correlación GMT, la fecha del ejemplo 7.16.3.2.13 (que de hecho es la de la estela 2 de Chiapa de Corzo, México, el fechado de Cuenta Larga más antiguo encontrado hasta hoy) corresponde a 1.124.320 días desde el 11 de agosto de 3114 a.C., es decir al 10 de diciembre de 36 a. C. y el día de hoy, 11 de junio de 2008, se puede expresar como 12.19.15.7.6.

Es de destacar que la estela mencionada no está escrita en maya, sino en olmeca, lo que obliga a considerar a la Cuenta Larga como un invento mesoamericano antes que exclusivamente maya.

En el sistema de la Cuenta Larga hay, por supuesto, una última cifra posible, a saber: 12.19.19.17.19, después de la cual sólo cabe reiniciar el ciclo con 13.0.0.0.0, es decir, un nuevo 0.0.0.0.0. Esto es así porque, si bien se desconoce si la unidad superior al baktún (que existe y se llama pictún) empieza a los 14 o a los 20 baktunes, el período anterior comenzó en un 13.0.0.0.0, lo que lleva a concluir que esta es la última unidad admisible para los baktunes.



Como sea, el ciclo iniciado en el 11 de agosto de 3114 a.C. culmina en el 21 de diciembre de 2.012 d.C. (12.19.19.17.19) cuando, por fin, se repite una misma fecha en la Cuenta Larga.

Nada hay, en los textos mesoamericanos que han llegado hasta nosotros (pocos, ¡ay!, a causa de la invasión española, pero que sobrevivieron gracias a que algunos de los invasores los preservaron) que relacione el fin de la Cuenta Larga con alguna convulsión cósmica. Nada excepto el Códice de Quetzalcoatl, supuesto manuscrito o epigrama antiguo que expresa claramente: “llega la estrella y la luz de Quetzalcóatl en los tiempos de: 0 baktun, 0 katun, 0 tun, 0 uinal y 0 kim”, claro que el texto original está oculto, por el momento y sólo ha sido accesible a unos pocos iniciados….

El texto copiado del Códice de Quetzalcoátl

Es cierto, claro, que el pensamiento mesoamericano tiene una especial fascinación por los ciclos y que elaboraron una “doctrina” de los Cinco Soles, períodos indefinidos de tiempo, cada uno de los cuales termina de manera catastrófica, pero no existe ninguna evidencia que pueda ligar ambas ideas. Aún si la hubiera, la pretensión de que un determinado ciclo matemático de tiempo preanuncie la destrucción del mundo, carece de toda verosimilitud y es tan atendible como la creencia mexica de que al final de alguno de los ciclos cortos (los de 52 años) el mundo estaba condenado a la extinción.

El año 2.012, pues, marcará el final de la Cuenta Larga mesoamericana y el comienzo de un nuevo ciclo en ese sistema de cómputo temporal, señalado por la repetición de una misma fecha en los tres calendarios por primera vez en cinco mil años.

Y nada más.

Versión mini, para mi estimado Assur y otras personas con poco tiempo que perder:

Algunos dicen que los mayas predijeron el fin del mundo para el año 2.012.

En realidad en esa fecha termina un ciclo de su calendario y nada más.

Éste se compone de tres subsistemas que no coinciden sino una vez en cinco mil años, evento que tendrá lugar el 21 de diciembre de 2.012.

Creer que ese día, poco más o menos, se acaba el mundo se parece a la creencia de que todo acabaría en el año 2.000.

martes, junio 10, 2008

Encomio de la Filosofía de la Praxis








El marxismo, prefiero el término filosofía de la praxis, es el intento más serio y completo para crear un socialismo capaz de vincular las aspiraciones de los y las trabajadoras con la crítica social y con un proyecto político definido aunque no prefijado.

Marx y Engels, sus más importantes teóricos, pero no los únicos, fueron capaces de una gigantesca síntesis que recogía lo más avanzado de los saberes de la época, a saber:

  1. la filosofía clásica alemana, especialmente Hegel,
  2. la sociología, o mejor la sociología histórica, francesa de Thierry y Guizot
  3. la economía política británica con sus dos grandes pilares; Adam Smith y David Ricardo (según la clásica formulación de Lenin).

Contra lo que suele suponerse el marxismo no condena la obra de la burguesía, por el contrario, se vale de ella para intentar el paso siguiente; la toma del Cielo por asalto, en bella frase, por parte de los obreros y obreras del mundo. Democracia, productividad, ciencia aplicada, ateísmo, disolución de las relaciones sociales feudales y estado de derecho son, para la filosofía de la praxis, logros que deben colocarse en el haber del capitalismo y que deberán ser perfeccionados por la democracia socialista del futuro.

Con el arma incontrastable de la dialéctica, a mi juicio única manera de entender la realidad, y aplicándola con sagacidad al examen de la sociedad moderna; Marx logra formular una concepción del mundo y de la historia que, en sus grandes rasgos, no ha sido superada.

Equipado con este "Gran Relato", el socialismo se convierte en la opción política y cultural más avanzada de los siglos XIX y XX . A mi juicio, también de la actualidad.

La historia posterior del socialismo, ganado en su casi totalidad por el marxismo, es larga y no la voy a hacer aquí.

Sería fácil hacer énfasis en sus errores y crímenes, como también lo sería criticar a las personas de sus forjadores.

Sería también; inútil, esfuerzos parecidos se han hecho con todas las instituciones humanas y poco es lo que avanza nuestra comprensión de la Historia con tales formas de crítica barata. Como ejemplo tómese el libro de Karl Deschner acerca del cristianismo intitulado "historia criminal" magnífica recopilación de hechos que no explican nada.

Tampoco tiene sentido, como se hizo en otro tiempo, una apología simplista del socialismo marxista basada en la antidialéctica postura de malos y buenos, catalogados según las preferencias del autor.

Ninguno de los dos es mi camino.

El marxismo, entiendo, debe ser ponderado en relación a cuatro formas en que puede presentarse y que son, a menudo, confundidas.

En efecto, el marxismo es:

  1. un sistema de pensamiento
  2. una crítica social
  3. una síntesis histórica
  4. un proyecto de sociedad.

En lo que respecta al primero; la filosofía de la praxis tiene el mérito innegable de ser un abordaje de la realidad que emplea la dialéctica para hacerlo y que, a diferencia de Hegel, se mantiene tozudamente en el terreno del materialismo.

Para un ateo es una de las opciones más coherentes en filosofía pues trabaja con la realidad concreta y explica, a mi juicio de manera altamente eficiente, los cambios a que esa misma realidad está sujeta.

Su gran falencia aquí, su punto ciego, es la concepción limitada de racionalidad que privilegia sólo algunas formas del Logos (razón intelectual y acción orientada a fines) dejando de lado otras (razón utópica y acción orientada a medios, por ejemplo), lo que podríamos llamar su intelectualismo que, en este aspecto, lo ha llevado a un peligroso acercamiento al positivismo.

Acerca del segundo, el marxismo es la más demoledora arma de crítica jamás concebida.

Devela con una lucidez implacable las miserias de la sociedad burguesa, pero no lo hace desde la nostalgia por el feudalismo, sino desde la perspectiva de una sociedad más avanzada.

No pretende juzgar la moralidad o inmoralidad de los actos, sino su relación con el desarrollo de la Humanidad y con la satisfacción de las necesidades de los explotados; lejos de condolerse por los "miserables" los exhorta a desentrañar las causas sociales de esa miseria.

Esta crítica posee elementos que pueden aplicarse a cualquier sistema social, incluso y sobre todo los que se llaman a sí mismos socialistas, y no en vano los gobiernos dictatoriales de muchos de estos estados obreros (la URSS en primer lugar) han comenzado persiguiendo a los intelectuales marxistas cuando estos intentaban aplicar la crítica a sus propios camaradas.

El lado oscuro de esta crítica se asienta en que no es realizada por un sistema de inteligencia artificial (supuestamente desapasionado) sino por personas formadas de carne, de sangre, de ira y de afectos... el frío cinismo, la desilusión y la soberbia, que niegan incluso el valor humano del error, han sido las más nefastas consecuencias del marxismo en tanto crítica social.

Como síntesis de la Historia el marxismo no tiene rival.

Todas las demás explicaciones del devenir humano se quedan cortas ante su premisa: no es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia... , a lo sumo son notas a pie de página que matizan o puntualizan puntos específicos, pero la causalidad fundamental; la estructura social sigue siendo la piedra maestra sobre la que se edifica todo el edificio de la Historia, al menos si pretendemos que ella sea una ciencia y no, como querría Raymond Aaron, un anecdotario.

Se ha cuestionado su economicismo, que no es tal si lee a Marx con detenimiento, o su unilinealidad, otro supuesto error que cae al acercarse sin prejuicios a los textos, sin embargo el mayor peligro de esta interpretación radica en que es tan completa que cae en la manía de creerse totalizadora.

Otro de sus defectos radica en que la genialidad del propio Marx (a semejanza de lo que sucedió en el arte después de Michelángelo), sumada a la coerción de los sedicentes gobiernos socialistas, ha hecho que casi cada obra de historia inspirada en la filosofía de la praxis cuente con una inmoderada cantidad de citas de los "textos sagrados", convirtiendo a la investigación histórica casi en una exégesis.

En cuanto al marxismo entendido como proyecto político hay que destacar que nunca presentó una "receta" revolucionaria y mucho menos un "relato" de la sociedad futura; se limitó a esbozar el rumbo probable de la historia en consonancia con las perspectivas de la lucha de clases en su época (de paso, la lucha de clases no fue un descubrimiento de Marx, ni un propósito suyo, sino un dato de la realidad).

De esta "hoja de ruta" arranca la dialéctica entre condiciones objetivas; "la historia está de nuestro lado" y subjetivas; "proletarios de todos los países, únanse" en el desarrollo de la revolución.

Buena parte de lo que se ha dado en llamar socialismo real es, como bien señaló Pablo Castellano, ajeno al marxismo y aún lo que considero su mayor falencia en cuanto proyecto social; la dictadura del proletariado no se corresponde necesariamente con la dictadura del partido único, de hecho hoy vivimos en regímenes pluripartidistas (o bipartidistas en el caso de los EEUU) que no son sino formas larvadas de dictadura de la gran burguesía.

El socialismo marxista, por cierto, no sólo no es incompatible con el Estado de Derecho, sino que aspira a perfeccionarlo, superándolo en un sentido inclusivo.

Las realidades políticas de los dos últimos siglos, la lucha encarnizada que debió afrontar, el desafío de nuevas condiciones económicas como el imperialismo y el keynesianismo (éste último reflejo de los avances del naciente socialismo soviético), la complejidad de las sociedades modernas, el surgimiento de nuevas agendas culturales (feminismo, minorías sexuales, ecologismo), la lucha a muerte con el fascismo (y su engendro bastardo; el nazismo), la guerra fría y la guerra cultural, junto con la miseria moral de muchos de sus conductores (pero las revoluciones no se hacen con ángeles, sino con hombres viejos que pretenden construir nuevas sociedades, como decía Jesús Ibañez) derribaron muchos de los sueños convocados por el marxismo del siglo XIX.

Sus crímenes fueron muchos y horrendos, desde todo punto de vista inexcusables aún cuando sólo representen una pequeña parte de los crímenes cometidos por las sociedades de clase que lo precedieron, resultan tanto más graves cuanto que el marxismo no se propuso, jamás, la destrucción del ser humano, sino su liberación integral.

A este respecto sólo cabe compararlo con la única otra institución social que tuvo un proyecto similar; la Iglesia Católica; entidades tan magníficas y tan terribles, como el mismo ser humano.



Para terminar, el marxismo lejos de ser una estafa fue uno de los más grandiosos experimentos de los seres humanos para construir el paraíso aquí, en la Tierra.


Fue causa de grandes heroísmos, responsable de la derrota final del nazismo, liberador de pueblos y de mentes.

Fue creador, por opción o por reflejo, de sistemas de seguridad social que están entre los mayores logros de la Humanidad.

Fue potenciador de talentos literarios, científicos, artísticos y sociales, cuna de activistas y foco de rebelión.



De un modo u otro todos tenemos que contar con Marx y su obra para dar cuenta de la realidad, sea aceptándola, sea cuestionándola.

Fue, también, gestor de numerosos atentados contra sus mismos principios, émulo en sus peores aspectos de la racionalidad burguesa (la ex URSS le debe su grandeza y su miseria) no pudo escapar a su propias contradicciones y terminó ligado a los destinos de una sola nación, aquella, justamente, donde Marx suponía que se implantaría en último lugar...

¿Y qué?

El fracaso, permanente o temporal, no lo sé, no implica mentira, error o inutilidad.

La caída puede ser el comienzo de una nueva arremetida, al modo de Anteo, contra la insolencia de los dueños de la tierra.

La semilla de la rebelión, tan vieja como Moisés, Jesús de Nazaret, Espartaco, o Thomas Muntzer no cesará jamás de tomar nuevas formas y el marxismo, aún si, cosa que no creo, desapareciera, no sería un fantasma incorpóreo, sino una presencia activa en la conciencia de los futuros luchadores sociales.

Al fin y al cabo aún no está dicha la última palabra de la Historia...



lunes, junio 09, 2008

Dos breves citas

"Pero para poder realizar esta política, es requisito indispensable desterrar definitivamente los gravámenes, impuestos o derechos a las exportaciones y mantener un tipo de cambio realista".

José Alfredo Martínez de Hoz, 2 de abril de 1976.



"Aquí está el pueblo de Santa Cruz apoyando el proyecto de transformación y cambio que la República Argentina debe llevar adelante".

Néstor Kirchner a Carlos Menem, 1991

De regreso, otra vez...

Dicen que siempre se vuelve.
Dicen que nunca uno se va del todo de los lugares donde ha amado.
Dicen que hay un camino de retorno en cada recodo del Gran Camino hasta que, un día, el Gran Camino se termina del todo... para cada uno de nosotros.

Dicen también, pero son menos, que nunca se puede volver porque el mismo lugar no existe sino como convención literaria.
Dicen, aunque la mayoría de nosotros prefiere cerrar los oídos a estos dichos, que el cambio es lo único permanente y que ser y no ser bailan juntos una precaria danza de final tan cierto como el aumento global de la entropía.
Dicen muchas cosas que se desdicen en esos mundos sin dios.

Y ahora dicen que vuelvo a insistir con el blog.

Y que será asiduamente.

No les crean demasiado.

Sólo dicen...

jueves, mayo 22, 2008

Antiensayo sobre ciertos militantes sociales

El militante social, reconocida trayectoria, prestigio en ciertos medios académicos y gran capacidad discursiva, hace sus declaraciones en la prensa.

Habla de desgranamiento escolar, de baja de matrícula, de pibes expulsados del sistema educativo. Ensaya, más bien afirma con cierta suficiencia, diagnósticos y respuestas.


El militante, de origen cristiano, nos dice que la escuela proscribe las diferencias de las chicas y chicos “pobres”, exige de ellos el cumplimiento de ciertas obligaciones que son incapaces de cumplir, los somete a exigencias imposibles y termina por lanzarlos a la calle, provocando que abandonen esa institución, la escuela, incapaz de comprender las diferencias. La imagen es conmovedora; los chicos huyen de las aulas, espacios cerrados, no democráticos, tristes y represivos. “"No pueden soportar la exigencia de la excelencia y se quedan en el camino”, nos dice otro militante de la misma cantera ideológica, “Son los chicos que están en los bordes, en el costado y en realidad son incluidos pero no integrados”, apunta en una frase tan cierta como vacía de contenido.

El militante resume claramente su postura; la escuela no los comprende; son los pobres.

El pobre es una categoría de raigambre cristiana.

Ya en tiempos del Nuevo Testamento se lo menciona y resurge de tiempo en tiempo en el discurso religioso católico.

El pobre es aquel que es centro de la predilección divina, aquel que ha sido despojado, “humillado y ofendido”, y que no tiene otro vindicador que el Señor.

El pobre es aquel que se pone en las manos divinas y espera todo de Él.

El pobre es quien salvaguarda ciertos valores que los otros, los no pobres, han perdido al adquirir riquezas.

El pobre es el elegido.

El pobre es, también, el otro que interpela a la sociedad satisfecha.

Objeto y no sujeto del accionar de las buenas gentes; llámense Damas de la Caridad o Promotores Sociales. El pobre es alguien que padece, alguien incapaz, alguien careciente, diferente y víctima a la vez. Inocente, inimputable, eje de la acción de las conciencias que se remuerden.

En los años formativos de este militante social, años de utopías y esperanzas, el cristianismo elaboró una ideología en la cual la imagen socialista del proletario se convertía en El Pobre. Con derroche de erudición, multiplicando las citas de la Biblia (y ocultando aquellas que revelan lo que decía Don Ata: “que Dios almuerza en la mesa del Patrón”), buscando apoyo en el marxismo europeo, en la antropología y en las corrientes más profundas del pensamiento latinoamericano; los “cristianuchis” (como les decían los militantes agnósticos) construyeron un poderoso mito; la Teología de la Liberación. La aceptación por parte de la izquierda de estos “compañeros de ruta” y la furibunda crítica de la derecha, expresada en fulminantes sentencias de la Santa Sede, contribuyeron a su prestigio. El indudable valor de que hicieron gala sus mejores cuadros, su entereza y su entrega que llegó hasta dar la vida, la aureolaron de una más que merecida estimación que trascendía su endeble estructura.

Durante todo este tiempo no era de buen tono criticar a estas mujeres y hombres, militantes, comprometidos con las causas populares. Durante muchos años vivieron a la sombra de un bien ganado respeto; su solo nombre era, muchas veces, garantía para un subsidio estatal o aval para crear un centro comunitario. Amigos de los pobres, como en aquellos viejos eslóganes de las revoluciones premodernas, comprometidos con el pueblo, heroicos, maravillosos… pero también autoritarios, ilustres y mesiánicos.

En el discurso de estos militantes el pobre es un objeto de piedad, no importa que invoquen a la promoción social, la conciencia de clase o, últimamente, la construcción de ciudadanía, el pobre es un careciente, una persona que debe ser ayudada, pues ha caído, un ser incapaz de valerse por sí mismo. Ellos, identificados con lo que llaman la kénosis de su Mesías quien “se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y … se humilló a sí mismo”, han descendido desde su lugar social para acercarse al pobre, para defenderlo, para protegerlo, para indicarle, también, cuál es el camino que debe seguir “para ser salvo”.

Ellos le enseñan al pobre su pobreza, le muestran su opresión y le instan a terminar con esta situación de injusticia. Lo invitan a formar aburridas comunidades donde leerán la Biblia en clave social, comentarán lo mal que se vive y se irán a su casa sin el incentivo que ofrecen los pentecostales de, al menos, esperar un milagro. Lo saturarán de información, pero desgarrados entre su pertenencia a una Iglesia que los desprecia y una lúcida conciencia social, no serán capaces de instarlos a participar neta y claramente en procesos de cambio. Son Mesías sin un Reino de los Cielos que prometer.

El pobre es, para este militante, alguien que está por debajo de él; nunca lo escogería como amigo y ni siquiera sabe como hablarle, aunque es capaz de dictar cátedra a otros acerca del tema. Vive en el barrio como una opción, imponiendo su presencia ajena y marcando su generosidad. Es heroico, claro, pero vacío.

El pobre es, también, objeto de su misericordia, no hay verdadero amor, no existe legítima igualdad, por el contrario, hay compasión, lástima, vergüenza e ingenuidad. Y con razón se ha dicho que son “los misericordiosos los que cometen las mayores necedades”.

Respecto de la escuela el militante mantiene una posición ambigua

En el fondo la desprecia porque es característico de cierta corriente cristiana el odio a la inteligencia, y esto es más que manifiesto en aquellos que han llegado a ser intelectuales dentro de la Iglesia ligada a los sectores populares. Se sienten culpables y proclaman su desconfianza hacia toda sabiduría como un modo de expiar de esa culpa original; el saber. No en vano el árbol prohibido era el del Conocimiento.

Por otro lado reconoce el valor de la escuela como lugar de reunión social que supera, obligatoriedad mediante, a la capilla del barrio o al centro comunitario. En la escuela encuentra público para su prédica, colaboradores de su cruzada y un ámbito para congregar al redil. No es, tampoco, casual, que la imagen del cristiano sea una mansa oveja.

Así pues la escuela no es el lugar donde se construye conocimiento, porque el pobre, argumenta, no necesita conocimiento sino revelación. El pobre debe recibir ciertas verdades dogmáticas que, dice, son más importantes que cualquier saber instrumental. En la escuela hay que trasmitir valores de solidaridad, cooperación, abnegación y misericordia; la matemática, la lengua, las ciencias son, a lo sumo, molestos complementos de esa tarea fundamental: la liberación del pobre.

La escuela debe parecerse a un patio de juegos sin reglas, a un lugar donde la bondad natural del pobre “sin pecado concebido” aflorará espontáneamente… y si no lo hace allí están los militantes sociales para, sermón mediante, conducirlo a la buena senda.

La escuela debe ser un lugar de reunión para todos los excluidos, a los que debe tratar como lo que son; carecientes, discapacitados, objetos de piedad e irresponsables de sus actos.

La escuela, en fin, debe estar compuesta por docentes a los que no les preocupe la enseñanza de contenidos científicos, que desprecien profundamente el saber y que, esgrimiendo un supuesto discurso crítico, trasmitan la buena nueva a los pobres.

En una mirada superficial la praxis del militante parece progresista.

Habla en el mismo lenguaje de los filósofos críticos, de aquellos que aspiran a transformar el mundo, y semeja tener la misma meta: el Hombre Nuevo.

Denuncia la injusticia.

Promueve la equidad.

Defiende los Derechos Humanos.

Canta versiones cristianas de las viejas consignas de los revolucionarios y hace un lugarcito para Marx y el Che en el altar de la capilla.

Nada más lejos, sin embargo, de un compromiso revolucionario. Él, seguramente, no lo sabe, pero su accionar termina siendo tradicionalista en las formas y reaccionario en los objetivos.

No busca mujeres y hombres libres, sino mujeres y hombres que actúen según su particular visión de lo que debe ser, no pretende fomentar una conciencia crítica (por el contrario, y como buen religioso, no soporta el disenso) sino conciencias moldeadas por una prédica moral, no quiere personas capaces de tomar su destino en sus propias manos, sino adultos siempre dependientes de la palabra del otro, que casualmente es él mismo.

Por supuesto que no son estos sus objetivos declarados, claro que negará enfáticamente que le quepa esta descripción, evidentemente refutará estas conclusiones y, con todo, no hay nada más evidente.

El pobre, nos dice, huye o es expulsado de la escuela. Es que la escuela quiere enseñar y el pobre no necesita otra enseñanza que la de los valores. La escuela exige un rendimiento, pero el pobre no puede rendir porque es un discapacitado, la escuela proclama un método, pero el método es fruto de la inteligencia, y el pobre no posee inteligencia, o posee otra, de orden diferente, que debe ser contemplada con misericordia, la escuela, en fin, pretende el esfuerzo personal, pero el pobre, ya suficientemente castigado, no es capaz de esforzarse porque carece hasta de fuerza.

Es así que el militante se explaya contra la escuela expulsiva y hace uso, y abuso, de los viejos mitos populistas. Es así que el militante, cuando hay un pobre que descuella por su inteligencia, su capacidad, o su esfuerzo, intenta captarlo para su causa, haciendo que abandone el estudio a favor de la militancia, o lo deja de lado pues él, como Cristo, ha sido enviado a rescatar a la oveja perdida… que las demás se arreglen como puedan.

Y lo más terrible de todo esto es que su solicitud con la “oveja” no genera más que resentimiento en ella, a nadie le gusta ser objeto, ni siquiera objeto de la solicitud de otro.

Alguna vez el militante social debería preguntarse qué papel cumple su paternalismo en la violencia cotidiana… sospecho que, como es inteligente, se sorprendería de la respuesta.



Nada más lejos de todo esto que el ideario socialista.

Un ideario que rechaza, por igual, dogmatismos y sermones. Un ideario que habla tanto al corazón, indignado ante la injusticia, como a la inteligencia (Estudien mucho para poder dominar la técnica” decía el Che), un ideario, en fin, democrático, que no proclama la piedad o la compasión, sino la justicia, que no habla de “pobres”, sino de trabajadores, que no necesita dioses, mucho menos salvadores, sino protagonistas.



POST DATA

No ha sido agradable escribir este artículo.

Alguna vez fui parte de aquella gente y aprendí mucho de ellos. Luego dejé de lado dioses y mitos, con los que ahora, tal vez, ajusto cuentas.

Si los que participan de este modo de pensar llegan a leer estas palabras sin duda se indignarán, con su característico autoritarismo (el gen católico romano pesa demasiado) intentarán imponerme sus sanciones, muchos buscarán sus términos favoritos para motejarme y podrán preguntar, con sorna, ¿de dónde viene éste a darnos lecciones?

De antemano digo que tienen razón, no pienso defenderme porque lo sé inútil, un debate tal vez sería interesante pero dudo mucho que quieran tenerlo, su idea de intercambio de ideas es la rendición absoluta del otro; la conversión… y yo no soy bueno haciendo el papel de Galileo.

Que quede claro, sí, que los respeto muchísimo; han hecho mucho bien y la vida ha sido mejor donde ellos han estado. Han sido heroicos y abnegados, comprometidos hasta límites a los que pocos somos capaces de llegar (yo no, desde luego) y han debido sacrificar demasiadas cosas en el camino, quizás por eso son tan intolerantes con los que no queremos hacer nuestra kénosis. No obstante todo mi aprecio, debo decir que en poco han contribuido a la liberación de los “pobres”; no han hecho más que remachar sus cadenas.


domingo, mayo 11, 2008

Todos con Bolivia!


Ante la gravedad de lo que está sucediendo en la hermana república de Bolivia, subo el llamamiento “La Conspiración para dividir Bolivia debe ser denunciada” que fue distribuido en la conferencia de prensa ofrecida por el presidente Evo Morales Ayma el 21 de abril de 2008 en la sede de la Organizacion de Naciones Unidas.

La situación se ha vuelto extremadamente peligrosa como resultado de las acciones subversivas de la oligarquía de Santa Cruz y la injerencia de Estados Unidos, a través de su embajador Philip Goldberg.

Es hora de demostrar nuestra solidaridad con el pueblo de Bolivia. Si estás de acuerdo con el documento que anexamos, pon tu firma y difúndelo.

El sitio para adherirse es Todos con Bolivia,
http://www.todosconbolivia.org

y la dirección de correos
solidaridad@todosconbolivia.org

LA CONSPIRACIÓN PARA DIVIDIR BOLIVIA DEBE SER DENUNCIADA

El proceso de cambios a favor de las mayorías en Bolivia corre el riesgo de ser brutalmente coartado. El ascenso al poder de un presidente indígena, electo con un respaldo sin precedentes en ese país, y sus programas de beneficio popular y de recuperación de los recursos naturales, han tenido que enfrentar desde los primeros momentos las conspiraciones oligárquicas y la injerencia imperial.

En los días más recientes, la escalada conspirativa ha alcanzado sus cotas máximas. Las acciones subversivas y anticonstitucionales con que los grupos oligárquicos pretenden dividir la nación boliviana, reflejan la mentalidad racista y elitista de estos sectores y constituyen un peligrosísimo precedente, no sólo para la integridad de ese país, sino también para la de otros países de nuestra región.

La historia muestra con sobrada elocuencia las terribles consecuencias que en todos los terrenos han tenido para la humanidad los procesos divisionistas y separatistas inducidos y respaldados por poderosos intereses foráneos.

Ante esta situación, los abajo firmantes queremos expresar nuestro respaldo al gobierno del Presidente Evo Morales Ayma, a sus políticas de cambio y al proceso constituyente soberano del pueblo boliviano. Al propio tiempo, rechazamos el llamado Estatuto autonómico de Santa Cruz por su carácter inconstitucional y por atentar contra la unidad de una nación de nuestra América.

Llamamos a todas las personas de buena voluntad a que unan sus voces para denunciar por todas las vías posibles esta maniobra divisionista y desestabilizadora en una hora histórica para la América Latina.


FIRMANTES:

Adolfo Pérez Esquivel (Argentina); Rigoberta Menchú (Guatemala); Noam Chomsky (EEUU); Oscar Niemeyer (Brasil); Eduardo Galeano (Uruguay); Ignacio Ramonet (España/Francia); Elena Poniatowska (México); Frei Betto (Brasil); Gianni Vattimo (Italia); Adolfo Sánchez Vázquéz (España/México); Ernesto Cardenal (Nicaragua); Armand Mattelart (Bélgica); Ramsey Clark (EEUU); Manu Chao (Francia/España); Franz Hinkelammert (Alemania/Costa Rica); Francois Houtart (Bélgica); Alfonso Sastre (España); Paul Leduc (México); Fernando Pino Solanas (Argentina); Roberto Fernández Retamar (Cuba); Howard Zinn (EEUU); Keith Ellis (Canadá); Jorge Enrique Adoum (Ecuador); Belén Gopegui (España); Jesusa Rodríguez (México); Stella Calloni (Argentina); Joao Pedro Stedile (Brasil); Eric Toussaint (Bélgica); Rafael Cancel Miranda (Puerto Rico); Richard Gott (Reino Unido); Miguel D´Escoto (Nicaragua); Silvio Rodríguez (Cuba) siguen firmas....

sábado, mayo 03, 2008

The land of the free


Lo diré de una sola vez y sin tomar aire: siento simpatía por los Estados Unidos de América.

Es cierto, considero imperialista y miope (sin contradicción) a su política exterior.
Es verdad, su democracia cojea de ambas piernas y cada vez se parece menos a un gobierno de hombres y mujeres libres.
No lo niego, la economía que promueven es diametralmente opuesta a la que defiendo.
Por último, la perspicacia del "americano promedio" (y que existe, aunque no lo parezca), es deficiente, sus conocimientos generales más que mediocres y su percepción del mundo increíblemente solipsista.

Aún así me caen simpáticos estos brave boys que viven al norte del Río Grande.

Peligrosos, sin duda.

Amenazadores, pero conmovedoramente ingenuos las más de las veces.

Una nación violenta y pendenciera, que cree a pie juntillas que representa la culminación de la civilización mundial, idealista y, a su modo, solidaria. Aún cuando el resto del mundo (¿qué es eso?, diría un americano del norte) tengamos buenos motivos para asustarnos de su especial sentido del deber para con la Humanidad.

Es cierto, como apunta Castoriadis, que el liberalismo y la democracia no han marchado juntos más que por necesidad, pero este matrimonio de conveniencias no tuvo mejor ejemplo de armonía que en los primeros años de la existencia de esta república de origen inconformista.

Hace dos siglos, en el momento de su nacimiento, la Unión era la única república de este continente y una de las pocas en el mundo. Era, también, la nación políticamente más avanzada de su tiempo (aún faltaba poco más de una década para la Revolución Francesa) y un experimento, como diría ochenta años después Abraham Lincoln, basado enteramente en los principios de la Ilustración.


Esos principios, remozados, cuestionados, reformulados muchas veces, y también, es cierto, negados en pro de principios supuestamente trans racionales (que en la práctica terminan siendo irracionales) siguen siendo una buena guía para el mundo actual. Un recordatorio de que no es negando absolutamente el pasado que construiremos un mejor futuro.

  • El ser humano merece nuestra confianza.
    No porque sea bueno por naturaleza, sino porque en sí encierra todas las potencialidades para transformar el mundo. El estado americano se funda en esta confianza, en la creencia de que es el Humano quien protagoniza su propia Historia, no viene dada de lo Alto como don divino.
  • Esta confianza genera optimismo.
    Como dice el Coro de la Antígona de Sófocles, "nada hay más maravilloso que la Humanidad". Todo, pues, es posible a la industria humana. Principio peligroso, en cuanto relega a un lugar de pasividad al mundo natural, pero criterio fundamental para liberarse de la sujeción al tiempo cíclico de la Naturaleza, para hacer Historia, para crear Cultura.
Desde la doble perspectiva de la confianza y el optimismo aparece el elemento puramente político de los principios ilustrados de la Revolución Americana:
  • Toda comunidad humana tiene derecho a su autogobierno.
    Nadie debe estar sujeto a un otro externo, sino más bien a su propia voluntad autónoma expresada en leyes comúnmente consensuadas. Esto está expresado maravillosamente en la constitución del más yanqui de los estados yanquis, Connecticut, que dice: "todo poder político es inherente al pueblo, y todo gobierno libre debe estar basado en la autoridad del pueblo e instituido para su beneficio, por lo cual el pueblo tiene en todo momento el derecho innegable e inalienable de alterar su forma de gobierno del modo que le parezca más conveniente" ( All political power is inherent in the people, and all free governments are founded on their authority, and instituted for their benefit; and they have at all times an undeniable and indefeasible right to alter their form of government in such manner as they may think expedient. Constitution of Connecticut, 2000 First Article, 2nd section)

Estos ideales, que coexistieron con los del liberalismo, que se unieron de tal manera que para muchos no avisados resultan indistinguibles, son los propios de cualquier estado democrático (democracia es un modo de gobierno, liberalismo una teoría de las relaciones humanas, apunta Margolis) y resultan tan vigentes hoy como cuando los formularon los Padres Fundadores de 1780.

Estos ideales, pues, no colisionan con un ideario socialista; antes bien lo apuntalan en un sentido liberador. Es cierto que pueden ser leídos de una manera elitista y conservadora, o de un modo burgués y liberal, pero también son susceptibles de ser expresiones de aspiraciones populares (estaba por escribir proletarias) y democráticas. Más democráticas, de hecho, que sus interpretaciones conservadora y liberal.

Pues bien, los Estados Unidos llegaron a constituir la primera sociedad humana basada en esos tres principios (y algunos otros, claro está, en no siempre feliz convivencia), sociedad que alcanzó el éxito en los momentos posteriores a la Guerra Civil y que se vio envuelta en la lucha por su vigencia durante el siglo y medio largo que siguió.

Hoy, pese a los ataques de los fundamentalistas (que prefieren hablar de republic antes que democracy), a las embestidas de los teóricos del liberalismo (muy poco neos a decir verdad), a las presiones del complejo militar industrial (presente en cada aspecto de la sociedad americana) y al descrédito de los "profesionales de la política" estos principios siguen siendo lo mejor de la herencia norteamericana.

Son estos principios los que le dieron grandeza a la historia de los Estados Unidos, principios que están detrás de sus mentirosos discursos, principios que aún movilizan a sus ciudadanos...

Principios, en fin, que cuando (como todos los Imperios) U.S.A. caiga, constituirán, junto al rock and roll y al cine de entretenimiento, uno de los motivos por los cuales serán recordados.

Es por eso que siento simpatía por ellos, con la consciente paradoja de considerarlos enemigos, pues los veo desde una perspectiva histórica y se que algún día se dirá:

Roma nos dejó el Derecho,
los Estados Unidos, la primera forma moderna de gobierno libre.

Y aunque ambas fallaron muchas veces,
aunque al final traicionaron sus ideales,
no por eso éstos dejaron de ser igualmente gloriosos.