Mosaico con una personificación de Roma ( siglo I -II después de Cristo). Encontrado en las cercanías de la antigua Cartago, ya bajo dominio romano, sintetiza el carácter divino (Dea Roma) de la ciudad vencedora de las Guerras Púnicas. Museum Collection Fund, Brooklyn Museum.
Este es un ensayo de texto para un futuro libro de Historia... Por su carácter de prueba me interesaría mucho recibir sus comentarios. También puede ser útil para quienes estén interesados en referencias sobre la Historia Antigua.
Aquí va....
El año era 264 antes de nuestra era.
Las ciudades Cartago y Roma, frente a frente, separadas por el mar, divididas por la Historia.
Cartago (Carquedón para los griegos, Kart Hadasht , la Ciudad Nueva) era una colonia fenicia. Había sido establecida desde por lo menos el siglo IX a.C. en las costas de lo que hoy llamamos Túnez.
El puerto de Cartago en época moderna (la foto fue tomada en 1958) con el islote del Almirantazgo en el centro del antiguo puerto militar. Su forma circular ha hecho pensar que quizás Platón se inspirara en él para su historia de Atlántida...
Cartago, una poderosa ciudad estado, controlaba un vasto imperio comercial. Era una de las dos potencias emergentes en el Mediterráneo Occidental pero, en tanto sus navíos dominaban sin disputa el mar, sus ejércitos de tierra no eran tan fuertes; de hecho se trataba de mercenarios reclutados, a un alto precio, un poco por todo el mundo clásico; desde Grecia hasta las Baleares, de África a las vastas mesetas de Anatolia.
Esta es una reconstrucción de Cartago. Representa la ciudad tal como la reconstruyeron los romanos siglos después, pero algunas características, como el doble puerto, reproducen la de la época púnica.
El área de dominio cartaginés, o púnico, y la zona de hegemonía romana, en el año 264 antes de Cristo... en el medio, las ciudades griegas.
Roma, una ciudad extraña, sin duda. Tiempo después el rey griego Pirro diría que no era ni bárbara, ni helénica o más bien que eran bárbaros sin comportarse como tales.
Grabado del siglo XIX ("Geschichtsbilder" publicado en 1896 por Friedrich Polack) que muestra una posible reconstrucción de Roma durante la época republicana (siglos VI a I antes de Cristo)
Roma había surgido de la unión de varias aldeas en torno al curso bajo del Tíber. Latinos y sabinos, encuadrados por los Etruscos, le habían dado un carácter sobrio, agresivo y algo desconfiado. Sus ejércitos se habían expandido por todo el centro y sur de la península itálica siguiendo una curiosa política de defensa preventiva. Los romanos temían a los vecinos demasiado poderosos, por lo tanto los atacaban antes de ser atacados y, de este modo, creaban una “zona de seguridad” en torno suyo. Una zona que ahora, en el siglo III a.C., se extendía cada vez más.
Una reconstrucción moderna (http://www.vroma.org/images/raia_images/index.html) de Roma en el siglo III a.C. Se destaca el carácter casi "rural" de la ciudad...
Cartago era el mar, el comercio, el dominio económico seguido de la influencia política. Era también el culto de dioses ancestrales, misteriosos y seductores. El refinamiento, el lujo, la sabiduría de tres mil años de cultura oriental.
Roma era la tierra, la guerra, el dominio militar seguido de la hegemonía política. Era también el culto de dioses previsibles y formales, dioses con los cuales se podía tratar en base a contratos claramente establecidos. El poder, la simplicidad, la pujanza de un pueblo que había roto los lazos con el Oriente para lanzarse a una permanente búsqueda de seguridad.
Tan pronto como Roma consolidó su control sobre Italia y las botas de sus legionarios se mojaron en las aguas del estrecho de Mesina, el Senado y el Pueblo tuvieron en claro que su destino era enfrentarse con Cartago.
Cuando Cartago se convirtió en la mayor potencia occidental y las siluetas de sus barcos se volvieron una imagen habitual en toda la costa de Sicilia, sus gobernantes supieron que debían resistir el arrollador empuje de los romanos.
Y al verlos aparecer en su horizonte, los griegos del sur de Italia y de Sicilia, comprendieron que el futuro del mundo tal como lo conocían dependía del triunfo de uno u otro de aquellos contendientes. Y que sus tierras serían el campo de batalla de ambos.
Una trirreme, barco de combate con tres filas de remeros superpuestos. Con navíos como éstos se librarían las primeras batallas de las Guerras Púnicas.
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